John "Bud" Cardos nos enseña con una meridiana claridad la diferencia entre hacer una buena película y una película bien hecha.

Con cierto aire clásico, más de los cincuenta que de los setenta, se nos enseña una historia de terror, siendo la naturaleza aquello que hay que temer. La historia no deja de ser un remake no confeso de Tiburón, solo que aquí con arañas y en cierta América profunda. La idea sin ser original, no está mal desarrollada (he dicho la idea, claro). Pero el desarrollo es lento (falla el director), el protagonista parece venir directamente del espacio exterior (vale, es un chiste mal, pero Shatner sólo tiene química con Bolling, pero a excepción de eso parece que trabaje en otra película y nadie se lo haya dicho) y ese conjunto adolece a una película que falla en lo más importante: no da miedo y no engancha.

Lo más destacable: Woody Strode (quien trabajara con Leone, Kubrick o John Ford tiene un papel también en esta película) y Jerry Goldsmith (sí bien él no compone la música, utilizan música suya de Twilight Zone para la película). Y el final, también de lo mejor de la película.

Recomendada solo para fans del género (y porqué no, también para fans de Star Trek que se divertirán viendo a Kirk con sombrero y entre ranchos de animales). No recomendada para aprensivos a las arañas (aunque la que de verdad "duele" es Aracnofobia, ésta ni tan mal para los que no toleren a las arañas).