En un año bastante flojo como este, resulta aún más extraño que una gran obra como “American Gangster” no esté nominada a mejor película en los Oscar.

Quizá pensaron que después de “Infiltrados” había que variar un poco el género ganador (también le ha pasado a “Promesas del Este”) o mejor que el señor Ridley Scott con tres nominaciones a mejor director ya estaba bastante bien servido –aunque lo que cuenta es ganar, y eso no lo hizo aún-.

El caso es que Hollywood, se perderá en esa noche mágica de premios a uno de los mejores filmes norteamericanos del año, con muchos defectos, sin duda, pero una obra que rezuma interés y cine por los cuatro costados, algo que el señor Scott parecía haber perdido desde hacia mucho tiempo.

Hoy 17 de febrero, día internacional de la ópera, me vale para comparar a esta película con una actuación de la Scala de Milán. Su clasicismo y elegancia están hoy en retirada ante los conciertos en pabellones multiusos. Eso mismo es “American Gangster”. Una delicatessen en tiempos de patatas fritas con mucho ketchup.

Pero es verdad que tampoco llega a obra maestra, explico algunos defectos argumentales y narrativos en el spoiler.

Y a los seguidores de esta película que están triste por su exclusión de los Oscar, decirles que tranquilos, dentro de veinte años nadie se acordará no de “Juno”, ni de “Michael Clayton” ni de “Expiación”. Pero en cambio “American Gangster” aparecerá con letras mayúsculas en cualquier retrospectiva que se haga sobre el cine de mafias.

Ah, por supuesto, no me olvido de Denzel Washington, tremendo, simplemente que esta vez no había cupo negro en los nominados.

Nota: 8,3.