He dicho alguna vez y lo repito, que los dos géneros cinematográficos que no necesitan ser buenos o malos, sino resultar coherentes con sus fines son el Terror y la Comedia. El primero tiene que dar miedo y el segunda hacer reír, no hay más. El problema radica en que esas dos cuestiones suelen ir vinculadas con el subconsciente y con experiencias muy personales, y por lo tanto son dos experiencias que se reciben en el individuo de forma totalmente personal, incluso al margen de la formación intelectual o la moral.

Digo todo esto porque pienso que muchas miles de personas no han captado “El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo”. Y es que no es para todos. Me imagino a los chavales jóvenes totalmente perdidos, o a otros más maduritos que ni fueron ni se movieron en esos ambientes. Pero os aseguro que la cosa fue así o peor. Es un homenaje a los que tienen treinta y muchos y disfrutaron de una manera muy concreta su juventud.

El guión es desigual, podemos decir que tiene unos primeros treinta o cuarenta minutos de francamente buenos, aunque reconozco que se va paulatinamente desmoronando hasta llegar a producir cierto desinterés.

Más allá de los dos protagonistas, destaco la actuación de una prometedora Pilar Castro, y las apariciones del “cruel” Willy Toledo. Y la estupenda música, que no falte nunca con temas míticos como "Words Don't Come Easy". Aporto otro:

A Benito sólo le quedaba su Golf GTI turbo inyección,
Pero se jodió el invento, no pasó la revisión,
Tal vez tu puedas pensar que todo esto es un desatino,
Pero Benito Carrizosa está contento,
Porque tiene un disco del pingüino.

Nota: 5,3.