Night Shyamalan ha entendido mejor que nadie el interés que causa lo sobrenatural. Su primera película "El sexto sentido" catapultó su popularidad y desde entonces el director despierta la curiosidad del público con nuevos misterios fantasmales y mística "new-age". Entre sus virtudes destaca su habilidad para ofrecer al público una fórmula que combina entretenimiento con un barniz de filosofía ligera. Bajo la apariencia de película comercial sus argumentos esconden un latido de trascendencia que activan en el espectador la reflexión y el pensamiento crítico.

De forma muy similar al primer Spielberg, el cine de Shyamalan parece el juguete de un adulto que quiere seguir siendo un niño. Hay algo infantil en su forma de tensar los límites de lo verosímil. Por eso siempre está rozando peligrosamente lo ridículo. Si el experimento sale bien Shyamalan logra obras maestras como “El Bosque” y si falla hay que conformarse con “Air Bender”. La ingenuidad es la vara de medir que vehicula el tono espiritual de su cine. Una lucha moral contra la oscuridad donde la esperanza devuelve la luz a un mundo lleno de maldad. El amor como dogma de fe, casi una religión y paradigma sublime del espíritu.

Si algo caracteriza el cine de Shyamalan es el tratamiento estético del suspense. Un estilo inquietante, cuyo referente natural es Hitchcock, que ya no mira al subconsciente sino a los misterios del más allá. De hecho algunas películas del director son ejercicios absolutos de forma, como "Señales" donde el suspense por el suspense convierte la invasión marciana en mera excusa. De forma idéntica "Tiempo" es, de nuevo, un juego perverso con tintes de thriller bio-médico donde el montaje, el ritmo y la puesta en escena son los protagonistas. Nadie como Shyamalan para generar imágenes perturbadoras y atmósferas de extrañeza. Sirva como ejemplo los 20 primeros minutos de "Tiempo", una rutinaria presentación de personajes en un lujoso hotel de playa, donde no ocurre nada salvo el ocio turístico, pero una amenaza imprecisa vibra en aquella banalidad de balneario.

Podemos meter "Tiempo" en el saco de películas menores de Shyamalan que, sin embargo, sigue demostrando que es uno de los directores más sugerentes del cine comercial.