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Spain Spain · Alicante
Mezten rating:
10
7.8
100,393
TV Series. Animation. Comedy. Sci-Fi TV Series (1999-2003). Philip J. Fry is a 25 year old delivery boy living in New York City who is cryogenically frozen on New Year's 1999 for 1000 years, where he wakes up in New New York City on December 31, 2999. There, he meets Turanga Leela, a tough but loving, beautiful one-eyed alien with purple hair who turns out to be a mutant human; and Bender, an alcohol-powered bending robot who is addicted to liquor, cigars, stealing, ... [+]
Language of the review:
  • es
August 6, 2008
18 of 18 users found this review helpful
Prácticamente todas las críticas de FA dicen que es genial. Conforme. Dicen que les hizo reír y, a veces, les hizo llorar. A mi también. Dicen todos los personajes son muy buenos, que son geniales. Todos y cada uno. Cierto. Y luego destacan solo a Bender (la mayoría), o a Fry, a Zoiberg... y ya. ¡Disiento!¡Disiento, he dicho! Yo destaco a quien nadie menciona: ¡Leela!¡Leela forever! Porque tuvo que vivir una adolescencia difícil, como todos nosotros.
Porque fue, y es, marginada por un defecto físico, por ser diferente.
Por que se crió en un podrido orfanarium – así lo llaman en la serie-.
Por que su profesor de artes marciales – maldito Fu-non- le discriminó por ser chica.
Y, porque a pesar de todo, nunca se rindió.
Me gusta por su fuerza física y de carácter, y por ser el contrapunto sensato, responsable y concienciado. Pero lo que realmente me enamora son sus defectos: me encanta que esa mezcla de realismo e idealismo que le hace contradecirse constantemente – no, no quería ser Miss Universo, no, que va; adora a los animales, por eso su mascota es una bestia que devoró toda la fauna de su planeta-. Me encanta que refleje esa dicotomía tan femenina de “te quiero pero te machaco” que le lleva a cuidar de la supervivencia de Fry para luego tacharle de idiota a la mínima oportunidad. Y ese otro defecto, también muy femenino, de ser demasiado exigente con los hombres… para luego acostarse con el más indigno de ellos – ese Zapp Branigan -.
Me encanta que sea la capitana de la nave (como toda mujer, ella nació para mandar), secretamente orgullosa de serlo, siempre entregada a su misión hasta extremos suicidas.
Me parto cuando ella y Amy intercambian estocadas verbales – la china siempre la clava más profundo-.
Es grande porque sin ella, las estupideces de Fry y Bender no tendrían contrapunto inteligente y realista, y acabarían en empacho. Y, sin embargo, os contaré un secreto: me paso el episodio esperando ese momento en se le cae la careta de persona razonable, le sale la furia y los traumas, y simplemente se pone a repartir hostias como panes. ¡Está cabreada, señoras y señores! ¡Que nadie se interponga en el camino de sus enormes botas!
“Aunque hallas perdido, y por mucho, lo importante es… ¡que le metí una paliza a alguien que me hirió en el instituto!” Que grande, Leela.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
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