Sorprende que esta realización se muestre bastante comedida en la cuestión del destape y constituye una de las últimas cintas respetables de Iquino ya que pocos años después se lanzaría de lleno dentro de un cine erótico muy cutre y nunca interesante. Otra cosa que sorprende en "Chicas de alquiler" son los matices que aparecen en el personaje interpretado por una actriz en otras ocasiones desaprovechada como fue Silvia Solar. Interpreta a una mujer moderadamente alegre y en el momento en que el personaje interpretado por Alfredo Mayo le cuenta un grave problema que tiene su hijo le contesta algo así como "creame que lo siento pero lo que no entiendo es porque me lo cuenta a mi". Mediante su expresión también se define muy bien el ambiguo sentido de la moralidad que tiene el personaje. Es precisamente el afán moralizante lo que hace que la película tenga algún defecto pues Iquino no profundiza demasiado en las motivaciones de los personajes femeninos para haberse convertido en lo que son limitándose a juzgarlos sin mucha brillantez. Curiosamente siendo una película sobre prostitución parece incluso elegante en comparación con la muy chabacana "De picos pardos a la ciudad" por lo menos en lo referente a los diálogos. La película pudo ser peor con el planteamiento que tenía y por ello no entra dentro de lo más rechazable de la obra de Iquino sino que por el contrario debe ser destacada cuando se habla de la obra de dicho cineasta ya que supera en interés a muchos de sus anteriores empeños.