Y escribo Mari Carmen como podía ser Gertrudis o Cristina, porque esta película casi no va de Ophelia, la mujer de Hamlet que acabó suicidándose muy malita de la cabeza. No, esta película va de una valiente dama de honor que viste más austera que sus compis, que da patadas en los huevos a los guardias, que grita mucho pero las más de las veces susurra y que manda mucho en una corte en la que no pintaba nada en el drama de Shakespeare. Pero no solo Ophelia es ahora Mari Carmen, sino que también es Caperucita perdida en el bosque y es una dama que visita a la bruja de Macbeth con una cara muy parecida a la reina y es la amante de un Hamlet sin el menor carisma con cara del protagonista de 1917. En fin, un lío aburridísimo con música como de coros entre 'Gladiator' y esa new age que tanto sueño nos dio en los 90.