Una excelente adaptación de la vida del padre de todos los que tienen fe. Abrán, miembro de una idólatra familia, encontrará una vida de satisfacciones alejándose de su ciudad y su gente, haciendo de su propia vida un sacrificio con creces recompensado. La fe de Sarai, su mujer, irá desarrollándose a medida que el camino va abriéndose milagrosamente. Pese a contar con muy humildes efectos visuales, el reparto es excelente, encarnando con fidelidad los más conmovedores personajes: el anciano profeta, la esposa amada, el sobrino confundido y la esclava que mejora su posición y se hace altiva, todo filmado con gran realismo y una música espectacular. Nos hace pensar en cuánta confianza en el Señor se requirió para enfrentar el desierto, la carestía y a ejércitos hostiles en la búsqueda de la tierra prometida. Cada vez que la veo, me llega al corazón.