Cuando uno ve una serie anime (o casi cualquier serie/película, vamos), se espera hasta cierto punto que los personajes estén de buen ver, que haya alguna tensión sexual, algún magreo ocasional y cosas así. Pero cuando ves que todos (TODOS) los personajes femeninos tienen unos pechos talla 200 que se bambolean en absolutamente todas las escenas, que en todos los planos se le ven las bragas a alguna, y que el único afán de las protagonistas, entre zombie y zombie, es quedarse en ropa interior y sobarse las tetas mutuamente, es que algo les pasa a los guionistas. Por dios, si hasta las madres de las protagonistas siguen el mismo patrón, y ni los reencuentros madre-hija se salvan del bamboleo-sobeteo mutuo de tetas, en un momento porno-incestuoso bastante desasosegante. No sé si es que los pobres guionistas son marineros mercantes que llevan meses en alta mar, o tal vez acaban de salir de prisión después de una condena de 20 años y andan algo necesitados, pero no entiendo cómo se puede hacer algo tan zafio y torpe.

El resto de la trama es algo totalmente secundario: sí, a veces salen unos zombies, necesarios para que las chicas bamboleen las tetas y para que tropiecen y enseñen las bragas. Sí, también hay algún que otro personaje masculino, para desorbitar los ojos y sangrar por la nariz cada vez que una jamona se queda medio en pelotas (que es casi siempre, ya sea por accidente o a propósito). La historia hace aguas por todas partes (más en spoiler) aunque tiene algunos momentos buenos que podrían haber dado para algo más.

En definitiva, que si alguien quiere tetas y culos, que se vea una de Pajares y Esteso, que al menos son honestos en cuanto a lo que van (y también enseñan más, porque aquí mucho bamboleo, pero chicha de verdad poca, que hay que emitirlo por la TV). Que a un servidor le va la carnaza como al que más, pero en su contexto, y esta serie tiene la misma calidad cinematográfica que las de la sección X del videoclub, es decir, poca tirando a ninguna.