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Spain Spain · Badajoz
Weis rating:
9
Romance. Drama The path of Francesca Johnson's future seems destined when an unexpected fork in the road causes her to question everything she had come to expect from life. While her husband and children are away at the Illinois state fair in the summer of 1965, Robert Kincaid happens turn into the Johnson farm and asks Francesca for directions to Roseman Bridge. Francesca later learns that he was in Iowa on assignment from National Geographic ... [+]
Language of the review:
  • es
September 5, 2008
22 of 26 users found this review helpful
Los especialistas en ramas como la psicofarmacología suelen basar tanto su trabajo como su vida en el poder de la mente sobre el cuerpo, evitando así la aparición de elementos externos a los que resulte difícil de combatir.
Para aquellos que no hemos explorado ese patrón, supone una lucha encarnizada entre la psique y nuestro transporte blando y alterable, el momento en que innumerables elementos químicos provocan una interna reacción en cadena que da lugar a la aparición de una emoción.

Muchos estudios han dado por bueno el "amor" como la emoción mas pura e intensa, por encima de la ira o la desesperación. Sin embargo, es inútil ocultar que esos resultados en muchas ocasiones suelen conllevar fluctuación.

Aquí se da un verdad absoluta: si puedo asegurar que ese sentimiento se encuentra en el peldaño mas alto de los Juegos Olímpicos del Corazón, ello es porque he contemplado como un hombre, que la industria del cine ha concentrado en un personaje frío y despiadado, es capaz de llorar amargamente al ver que la mujer a la que ama no puede ser correspondida; he visto a dos personas utilizar el silencio para exaltar su amor ante el espectador, y si hubiera hecho falta, ante el mundo entero; he sufrido junto a ellos el comportamiento tan censurable de aquellos que denostan a otros, para autocomplacerse de sus deseos que nunca se cumplirán; he sentido la inevitable monogamia que una mujer debe sufrir por estar esclava de sus tradiciones o de las costumbres de la zona; y he sido poseído por la mas absoluta tristeza al comprobar que, teniendo delante de tí el sueño que se ha repetido muchas noches en tu cabeza, te sientes impotente al no poder gritar a los cuatro vientos lo que sientes, hasta que tu voz se raje.
Aunque Streep y Eastwood son actores, haciendo interpretaciones memorables, eres sabedor de que Madison no es el único lugar en el que esto ocurre.
Inevitablemente estamos condenados a sufrir. A ser ella. A ser él.
Es posible que este cronista que escribe también lo haya sufrido, y lo sufrirá no dentro de mucho.
A veces, por mas que no queramos, los pensamientos mas recordados son los que nunca llegamos a cumplir. Los frustrados.
Weis
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