Vale que, como peli, es una birria. Vale que, tanto interpretaciones como ambientación, decorados o efectos, sea de verguenza ajena. Pero para estar hecha en plan casero, con cuatro duros y toneladas de buena voluntad, es tremendamente entretenida y divertida.
La verdad es que me ha gustado muchísimo más que cualquiera de las pelis oficiales de la saga Star Trek; y es que -como bien dijeron antes-, escenas como la del joystick o la de las dos galletas del Data falso al Worf de baratillo, tienen mucha más sustancia y mala leche que todas las pelis de la saga juntas. Imagino (y no creo que me equivoque demasiado) que si esta peli la ve William Shatner se partirá el pecho, habida cuenta de sus declaraciones sobre Patrick Stewart como su sucesor al mando del Enterprise. Él, y cualquiera con un mínimo de sentido del humor.
Recomendable como entretenimiento cutre (que lo es, pero con mucha dignidad), que le da una nueva y más interesante perspectiva a las infumables, por sosas y repetitivas, películas basadas en la mítica serie de televisión.