Exquisita. Preciosa.

La historia de la película, no estando nada mal en sí misma, no es lo más destacable. Leyendo la sinopsis no hay mucho más que añadir.

La tremenda belleza (digo BELLEZA en mayúsculas, subrayado y en negrita) son las imágenes, cada fotograma, cada plano, cada centímetro visual de la película es una preciosidad.

Lástima que en la proyección que he visto ha sido al versión original. Normalmente me gustan pero en esta ocasión creo que merece la pena evitar cualquier desvío de nuestra mirada a los subtítulos. Tener que ir leyendo es un desperdicio visual del resto de la pantalla.

Decorados interiores: son magníficos. Nos muestran palacetes italianos con enormes estancias, con anchos pasillos, frescos en las paredes, trampantojos en las cenefas de los techos, mármoles en los suelos y paredes, muebles exquisitos, cortinas blancas de batista bombeadas por el viento, colores naranjas, azules, cuadros y esculturas… hasta aquí podría ser fácil: todo palacete bien cuidado te da una base firme para lograr imágenes bellas.
Lo difícil es conseguir la misma belleza en los interiores de “la casa” donde vive la bruja-lavandera del pueblo: es una cueva de techo abovedado, con entrada de cortinas naturales de sarmientos, con huecos circulares que hacen de chimenea, con pasadizos misteriosos que conducen a una silla de piedra con leyenda incluida.

Exteriores: asombrosos. Hay lago, edificios hermosos, prados en primavera, jardines suntuosos conde un cónsul celebra una fiesta, nubes doradas en el cielo, encuadres magníficos… Ejemplo de una imagen plano que me ha encantado: en primer plano un puente de madera sobre un lago, enfocado desde un lateral, con las barandas a derecha e izquierda. En una base del puente dos enormes farolas de hierro forjado retorcido, en la otra base el palacete, el lago de aguas calmas en medio, rodeado por vegetación exultante en primavera. Una moto roja italiana, con sidecar rojo y techo de paja, cruza el puente, con sus dos ocupantes vestidos de la época… qué preciosidad!!!

Personajes. Alucinante la luz que parecen irradiar sus rostros, sus siluetas.
Hay muchos primeros planos a contraluz donde, sin perder ni pizca de nitidez en el rostro, se percibe el contorno ribeteado de una luz solar cenital. La descripción quizás está quedando muy repipi. Lo siento, nada más lejos de la realidad de las imágenes descritas.

Imprescindible para aquellos a los que les gusta la fotografía.
Una verdadera gozada para disfrutar de la vista sobre los demás sentidos.