En el año 140 dC, el Imperio Romano se extiende hasta Britania, aunque su dominio no es completo dado que las tribus rebeldes de Caledonia (la actual Escocia) se han hecho fuertes en el norte. Marco Aquila (Channing Tatum) es un soldado romano que aspira a limpiar el nombre de su padre, Flavio Aquila, empañado por el deshonor. 20 años antes los 5.000 hombres de la Novena Legión (la que dá el título a la película), encabezados por Flavio y el famoso emblema de oro, el águila de la Novena Legión , marcharon hacia el norte, a Caledonia y fueron devorados por las inhospitas brumas del lugar. Jamás se volvió a saber de ellos y la dorada aguila se perdió. Furioso, el emperador Adriano mandó levantar un muro para sellar el territorio. El Muro de Adriano se convirtió en la frontera más septentrional del Imperio Romano, en el límite del mundo conocido.
Tras un victorioso asedio del que sale malherido, Marco es elogiado por Roma pero apartado a su vez del servicio militar por sus heridas. En una pelea mortal de gladiadores, Marco consigue salvar la vida de Esca (Jamie Bell), un joven britano que se niega a luchar en el combate, y su tío (Donald Sutherland) lo compra para que sea el esclavo de Marco. Cuando oye que el dorado emblema del aguila ha sido visto en un templo, su aspiración se convierte en obsesión y decide cruzar el Muro de Adriano para recuperar la preciada reliquia y limpiar el nombre de su padre, llevándose a Esca consigo. Marco trata a Esca con desprecio, y el esclavo odia todo lo que es romano pero jura servir al hombre que le ha salvado la vida. A Marco no le queda más remedio que fiarse del esclavo si quiere sobrevivir a su misión. En el camino se encuentran con Guern (Mark Strong), un ex legionario romano, y Marco comprende que el misterio de la desaparición de su padre seguramente tenga que ver con la identidad y lealtad de su esclavo.
En "La legión del aguila" veremos el choque de tres culturas: celta, britana y romana. Todo a través del viaje de Marco y Esca, dos hombres que cargan con culpas y con vergüenzas, con traumas por una familia deshonrada y diferencias culturales. Comparten resentimientos y hostilidad. Por supuesto hay enormes escenas de batallas, pero la verdadera historia está en los dos perosnajes, en su retrato íntimo del honor y de la libertad, lo que le da a la película una visión más humana que "La última legión" o "Centurión".
A pesar de que no llega a la altura de las rodillas de "Gladiador" se deja ver, y es loable encontrar a un director que apuesta por el aroma antiguo del filme, que no hace abuso de los efectos especiales y que apuesta por una épica naturalista.