Me dijo un amigo, antes de que yo fuera a verla, que la película era una mezcla de Amelie, E.T. + mucha agua. Creo que acertó casi de pleno.

La forma del agua es una película hecha a retazos, una mezcla de géneros y de películas, que cuenta, eso sí, con un acabado primoroso. Pero aún con este fantástico acabado es posible detectar sus costuras y los distintos retales que la componen.

Es indiscutible su poderío visual. Algunas secuencias e imágenes son primorosas. Ya sólo por esto estaría justificada verla. Pero respecto a todo lo demás la película te deja una sensación de decepción, o quizá más de sorpresa. De sorpresa, teniendo en cuenta que el director normalmente rehúye lo convencional. No creo que haya nadie que después de ver los primeros cinco minutos de película no supiera lo que iba a pasar durante la hora y cincuenta restante.. Los personajes son esquemáticos y previsibles (los malos, muy malos; el arrepentido, muy arrepentido, la buena, muy buena) No hay nadie que pueda poner en duda cuál va a ser la actuación de la amiga limpiadora de la protagonista o la de su vecino. Ni nadie que tenga dudas del proceder del malvado policía.
Quizá a algunos esta sensación de previsibilidad les reconforte, pero a mí lo que consigue es anularme la sensibilidad. Por eso la historia de amor no me llega a emocionar en ningún momento.

Hay un elemento que debería hacernos reflexionar: que una historia de amor entre un ser anfibio y una mujer resulte tan convencional (cuando realmente debería desafiar cualquier convención previa y llegar incluso a incomodarnos) es algo que permite defender que la historia está mal planteada y que resulta muy poco creíble (lo de la credibilidad, evidentemente , dentro de los parámetros de fantasía de una historia de estas características). Y eso sin contar los numerosos elementos menores ( incoherencias más o menos leves del guión que podrían haberse resuelto con un poco más de rigor, al que también hay que atender aunque se trate de una historia de fantasía) que tiene la trama, que dificultan aún más, por lo menos a mí, la entrega emocional como espectador.

Insisto en que la película está dirigida de forma muy talentosa, pero yo soy de los que prefieren el regalo, a la caja y al lazo que lo envuelven , aunque haya casos como este, en el que el lazo es tan hermoso que no te importa tanto que dentro de la caja haya, un año más, una mierda de corbata.