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Caith_Sith rating:
9
8.0
158,272
Sci-Fi. Thriller. Mystery. Action
Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) is a skilled thief, the absolute best in the dangerous art of extraction, stealing valuable secrets from deep within the subconscious during the dream state, when the mind is at its most vulnerable. Cobb's rare ability has made him a coveted player in this treacherous new world of corporate espionage, but it has also made him an international fugitive and cost him everything he has ever loved. Now Cobb is ... [+]
Language of the review:
- es
August 6, 2010
352 of 463 users found this review helpful
"Todo efecto mágico consta de tres partes, o actos. La primera parte es 'La Presentación'. El mago muestra algo ordinario: una baraja de cartas, un pájaro, o una persona. El mago lo exhibe. Os puede invitar a que lo examinéis, para que veáis que no hay nada raro, que todo es normal. Pero claro, probablemente no sea así. (...) El segundo acto es 'La Actuación'. El mago, con eso que era ordinario, consigue hacer algo extraordinario. Entonces, intentaréis descubrir el truco, pero no lo conseguiréis, porque en el fondo no queréis saber cuál es. Lo que queréis es que os engañen. (...) Pero todavía no aplaudiréis. Que hagan desaparecer algo no es suficiente. Tienen que hacerlo reaparecer. Por eso todo efecto mágico consta de un tercer acto: la parte más complicada. Este acto es 'El Prestigio' (...) Lo imposible se convierte en posible, tus ojos ven algo que no habían visto jamás." - The Prestige (Christopher Nolan, 2006)
La cita superior procede del quinto largometraje de Christopher Nolan y podría resumir a grandes rasgos lo que es Inception (Origen). Es un truco, maravillosamente ejecutado, que se ve como algo que no tiene igual. Porque en realidad, no se había hecho nada similar. Sólo habría que matizar un pequeño detalle: no esperaremos para aplaudir, porque desde el primer minuto hasta el último hay razones de sobra para sacar brillo a las palmas de las manos. Porque Nolan, uno de los pocos realizadores actuales que han comprendido el arte de contar historias, da de lleno en la diana con la que es su película más personal, ambiciosa y arriesgada. Nolan
"Inception" es un regreso al tema que Nolan ha desarrollado a lo largo de toda su carrera: la búsqueda de uno mismo, la necesidad de "encontrarse", de una forma u otra, en este mundo de mierda que se ha puesto ante nuestros ojos. Uno que no hemos elegido pero que es el que nos ha tocado vivir. Desde su obras originales (Following, Memento) hasta su reinvención del Caballero de la Noche con la fantástica Batman Begins y la magistral El Caballero Oscuro, haciendo una parada en la gélida Insomnio, siempre sin olvidarnos de El Truco Final, Nolan ha explorado este tema que le apasiona. "Inception" da un paso más allá. Es un salto sin red hacia la exploración del ser humano en su forma más pura, es un thriller futurista en el que no falta de nada, cuyo único exceso es su propia ambición. Sueños, realidades; todo da igual. Es un truco. Es magia. Es una ilusión, algo que nunca hemos visto: una nueva sensación, la experiencia más superlativa que ha dado el cine comercial en sabe Dios cuanto tiempo. ¿Cómo es posible que alguien haya llegado a entender esta forma de hacer cine, sin tratar como estúpidos a los espectadores que acuden a las salas en masa, esperando simple entretenimiento? No tengo tal respuesta. Nolan es un mago y yo, como espectador, no quiero conocer sus secretos: sólo seguir disfrutando de su magia.
(sigue más abajo, sin ningún tipo de destripes/spoilers sobre el argumento)
La cita superior procede del quinto largometraje de Christopher Nolan y podría resumir a grandes rasgos lo que es Inception (Origen). Es un truco, maravillosamente ejecutado, que se ve como algo que no tiene igual. Porque en realidad, no se había hecho nada similar. Sólo habría que matizar un pequeño detalle: no esperaremos para aplaudir, porque desde el primer minuto hasta el último hay razones de sobra para sacar brillo a las palmas de las manos. Porque Nolan, uno de los pocos realizadores actuales que han comprendido el arte de contar historias, da de lleno en la diana con la que es su película más personal, ambiciosa y arriesgada. Nolan
"Inception" es un regreso al tema que Nolan ha desarrollado a lo largo de toda su carrera: la búsqueda de uno mismo, la necesidad de "encontrarse", de una forma u otra, en este mundo de mierda que se ha puesto ante nuestros ojos. Uno que no hemos elegido pero que es el que nos ha tocado vivir. Desde su obras originales (Following, Memento) hasta su reinvención del Caballero de la Noche con la fantástica Batman Begins y la magistral El Caballero Oscuro, haciendo una parada en la gélida Insomnio, siempre sin olvidarnos de El Truco Final, Nolan ha explorado este tema que le apasiona. "Inception" da un paso más allá. Es un salto sin red hacia la exploración del ser humano en su forma más pura, es un thriller futurista en el que no falta de nada, cuyo único exceso es su propia ambición. Sueños, realidades; todo da igual. Es un truco. Es magia. Es una ilusión, algo que nunca hemos visto: una nueva sensación, la experiencia más superlativa que ha dado el cine comercial en sabe Dios cuanto tiempo. ¿Cómo es posible que alguien haya llegado a entender esta forma de hacer cine, sin tratar como estúpidos a los espectadores que acuden a las salas en masa, esperando simple entretenimiento? No tengo tal respuesta. Nolan es un mago y yo, como espectador, no quiero conocer sus secretos: sólo seguir disfrutando de su magia.
(sigue más abajo, sin ningún tipo de destripes/spoilers sobre el argumento)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
"Inception" cuenta la historia de un Dom Cobb, un extractor profesional especializado en entrar en los sueños de la gente para obtener lo que busca. Formando equipo con varias personas necesarias para llevar a cabo tal labor, decide aceptar un encargo que hará dar a su vida un giro de 180º. No se puede decir más, sería un crimen destripar cualquier mínimo detalle del sobresaliente guión realizado (en solitario) por Christopher Nolan para su séptimo largometraje. El realizador británico no engaña a nadie: sabe que comercial equivale a éxito. No añade falsas capas de profundidad: lo que hay, es lo que ves. Incluso sabiendo que los sueños son imprevisibles, surrealistas, es capaz de crear un listado de reglas inquebrantables que hacen hermanar su universo con los más grandes creados jamás en la historia de la ciencia-ficción. No es Matrix, ni Blade Runner. Ni 2001 Odisea en el Espacio. Es otra cosa: algo nuevo.
Habrá quien se queje precisamente de esto: el guión está calculado milimétricamente (aunque haría falta un segundo visionado para cerciorarse de varios detalles) para que todo pase cuando tiene que suceder, que no haya interferencias. El lado surrealista, onírico de los sueños, se representa visualmente. Pablo Kurt apuntaba a Inland Empire como verdadera película capaz de retratar los sueños. Es probable. En Inception todo, sin excepción, es parte de un plan. ¿Y qué? Da igual. Sus propias reglas son tan exactas, tan específicas y funcionan tan bien, que se aceptan sin problema. Cuenta también con un par de personajes magistralmente dibujados, unos intérpretes en su mayoría en estado de gracia (DiCaprio asombroso, todos los demás notables a excepción, quizá, de Murphy) y, sobre todo, una banda sonora de quitarse el sombrero, como ya ocurría en "El Caballero Oscuro".
Nolan peca, eso sí, de las cosas que lleva arrastrando desde que fue elevado a los altares como uno de los mejores realizadores de su generación: se excede en su grandilocuencia. El uso de la música, los planos aéreos, ese climax alargado, su necesidad de integrar escenas de acción (aún cuando ha dejado claro que no es su mejor baza)... y la ambición desmedida. Esto último lo aplaudo. Celebro que un tío tenga los cojones de poner el blockbuster patas arriba. De hacer olvidar durante los 150 minutos más cortos que he visto en una sala de cine, que hay vida fuera de la sala, que no todo está inventado. Y que pese a sus evidentes carencias, sepa sobreponerse poniendo toda la carne en el asador. Mientras siga haciendo cine como "Inception", Nolan me tendrá el primer día en la cola del cine. ¿Obra Maestra? Con la ciencia-ficción es el tiempo quien lo decide. Si me pedís un veredicto en caliente, sin posibilidad de meditarlo, mientras la música de Hans Zimmer aún resuena en mi cabeza: sí, lo es. Como "El Caballero Oscuro", una de las pocas obras maestras del cine comercial. Eso sí, no me hagáis la incómoda pregunta de si es mejor -o no- que el testamento de Heath Ledger.
Habrá quien se queje precisamente de esto: el guión está calculado milimétricamente (aunque haría falta un segundo visionado para cerciorarse de varios detalles) para que todo pase cuando tiene que suceder, que no haya interferencias. El lado surrealista, onírico de los sueños, se representa visualmente. Pablo Kurt apuntaba a Inland Empire como verdadera película capaz de retratar los sueños. Es probable. En Inception todo, sin excepción, es parte de un plan. ¿Y qué? Da igual. Sus propias reglas son tan exactas, tan específicas y funcionan tan bien, que se aceptan sin problema. Cuenta también con un par de personajes magistralmente dibujados, unos intérpretes en su mayoría en estado de gracia (DiCaprio asombroso, todos los demás notables a excepción, quizá, de Murphy) y, sobre todo, una banda sonora de quitarse el sombrero, como ya ocurría en "El Caballero Oscuro".
Nolan peca, eso sí, de las cosas que lleva arrastrando desde que fue elevado a los altares como uno de los mejores realizadores de su generación: se excede en su grandilocuencia. El uso de la música, los planos aéreos, ese climax alargado, su necesidad de integrar escenas de acción (aún cuando ha dejado claro que no es su mejor baza)... y la ambición desmedida. Esto último lo aplaudo. Celebro que un tío tenga los cojones de poner el blockbuster patas arriba. De hacer olvidar durante los 150 minutos más cortos que he visto en una sala de cine, que hay vida fuera de la sala, que no todo está inventado. Y que pese a sus evidentes carencias, sepa sobreponerse poniendo toda la carne en el asador. Mientras siga haciendo cine como "Inception", Nolan me tendrá el primer día en la cola del cine. ¿Obra Maestra? Con la ciencia-ficción es el tiempo quien lo decide. Si me pedís un veredicto en caliente, sin posibilidad de meditarlo, mientras la música de Hans Zimmer aún resuena en mi cabeza: sí, lo es. Como "El Caballero Oscuro", una de las pocas obras maestras del cine comercial. Eso sí, no me hagáis la incómoda pregunta de si es mejor -o no- que el testamento de Heath Ledger.