FA
Collaborator
Average rating
5.2
Ratings
15,805
Reviews
1,689
Lists
126
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
- Social Networks
-
Share his/her profile
Caith_Sith rating:
7
5.9
745
Animation. Comedy
A plump and exuberant monk goes fishing, and a playful fish eludes him. First the monk uses a rod and reel, then a net; over and over, he ends up fish-less and wet. Sleepless, he tries luring the fish at night with a bank of candles. He tries a bow and arrow. The tireless and insouciant fish leads the monk through a viaduct, over irrigated steppes, across cisterns, down canals. Suddenly, the monk's chase and the fish's teasing flight become a spiritual journey. [+]
Language of the review:
- es
April 22, 2010
52 of 56 users found this review helpful
Con "The Monk and the Fish", el segundo cortometraje de Michael Dudok de Wit, tenemos más preguntas que respuestas. Todo depende de lo que cada uno quiera ver; alguna persona podrá valorarlo como una pieza de humor slapstick, una revisión de los códigos de la comedia animada que tan bien funcionaron en otros tiempos, con personajes como Tom y Jerry, El Coyote y el Correcaminos, Piolín y Silvestre, etcétera.
Observándolo desde este punto de vista, "The Monk and the Fish" es un cortometraje de seis minutos que muestra los intentos de un monje, dibujado con un trazo simple, que intenta atrapar a un pez que ha aparecido en el canal de una abadía. Tenemos una estructura simple, de probada funcionalidad: A intenta atrapar a B. ¿Qué divertido, verdad?
Pero por si en 1994 no había quedado claro, seis años más tarde Michael Dudok de Wit demostró que sus historias eran más que lo que podía verse a simple vista. Su trazo minimalista se convertía en un arma, no una debilidad, una herramienta para saber contar una historia en tiempo record, con dobles sentidos, buscando el vínculo emocional. "The Monk and the Fish", huyendo del simplismo de la explicación anterior, es algo completamente diferente, más profundo, críptico quizá. Pero sólo hay que ver un poquito más allá de lo evidente.
(continúa la crítica en la parte inferior, evidentemente con spoilers en los dos primeros párrafos)
Observándolo desde este punto de vista, "The Monk and the Fish" es un cortometraje de seis minutos que muestra los intentos de un monje, dibujado con un trazo simple, que intenta atrapar a un pez que ha aparecido en el canal de una abadía. Tenemos una estructura simple, de probada funcionalidad: A intenta atrapar a B. ¿Qué divertido, verdad?
Pero por si en 1994 no había quedado claro, seis años más tarde Michael Dudok de Wit demostró que sus historias eran más que lo que podía verse a simple vista. Su trazo minimalista se convertía en un arma, no una debilidad, una herramienta para saber contar una historia en tiempo record, con dobles sentidos, buscando el vínculo emocional. "The Monk and the Fish", huyendo del simplismo de la explicación anterior, es algo completamente diferente, más profundo, críptico quizá. Pero sólo hay que ver un poquito más allá de lo evidente.
(continúa la crítica en la parte inferior, evidentemente con spoilers en los dos primeros párrafos)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
View all
Spoiler:
"The Monk and the Fish" para a ser, así, la historia de un monje que de paseo por su abadía cae en la cuenta de que se ha colado un pez en el recinto. Sus intentos de atraparlo tienen una representación espiritual: el pez simboliza algo, ni más ni menos que la fe. Una que se le está escapando, que está saliendo de su interior poco a poco. Pero el monje lo intenta, quiere recuperarla. Llama a sus compañeros, el resto de monjes. Van al canal, pero no ven nada. ¿No queda claro, pues, que el pez es una visión, personal, del monje? ¿Que es algo que debe arreglar por si mismo? Sigue intentando cazarle, con un arco incluso. No es capaz, va a la biblioteca y busca consuelo en los libros. ¿La Biblia, quizá? Podría ser un libro de pesca, claro, tendría sentido que hubiese uno en una abadía, ¿no?. El caso es que aprovechándose de la noche decide ir a por él, con un par de velas para iluminar la zona. Pero no aparece. Por la mañana, el pez regresa. El monje ha dejado de luchar, se deja llevar, acompañado por el animal, hacia un lugar indeterminado. Sale de la abadía, se eleva a los cielos.
El pez puede representar la fe, pero también la muerte, la vida escapándose poco a poco, el alma, libre de un cuerpo en la que mantenerse. Una figura religiosa sin fe ni deja de ser una sombra de si mismo, un cuerpo sin vida. Poco importa si el monje muere, si simplemente deja de creer o si al final, volviendo a la primera reflexión, el hombre pierde frente a la criatura acuática. ¿Qué importa que el Coyote no atrape al Correcaminos? ¿Tiene algún significado? Bueno, eso depende de tí. Dudok de Wit, al igual que hace con el monje, deja que sea el espectador el que encuentre respuestas. No esperes tampoco que yo te las de. Simplemente siéntate y disfruta: seis minutos, una animación minimalista pero bella, con una música perfecta que encaja con cada frame de animación, basada en Follia de Corelli.
Es una joyita, eso sí, de menos altura que la notable "Father and Daughter". Pero superior al último trabajo del cortometrajista, “The Aroma of Tea”, una especie de road movie protagonizada por un grano de te que viaja a través de las narices de tropecientas personas durante tres interminables minutos.
El pez puede representar la fe, pero también la muerte, la vida escapándose poco a poco, el alma, libre de un cuerpo en la que mantenerse. Una figura religiosa sin fe ni deja de ser una sombra de si mismo, un cuerpo sin vida. Poco importa si el monje muere, si simplemente deja de creer o si al final, volviendo a la primera reflexión, el hombre pierde frente a la criatura acuática. ¿Qué importa que el Coyote no atrape al Correcaminos? ¿Tiene algún significado? Bueno, eso depende de tí. Dudok de Wit, al igual que hace con el monje, deja que sea el espectador el que encuentre respuestas. No esperes tampoco que yo te las de. Simplemente siéntate y disfruta: seis minutos, una animación minimalista pero bella, con una música perfecta que encaja con cada frame de animación, basada en Follia de Corelli.
Es una joyita, eso sí, de menos altura que la notable "Father and Daughter". Pero superior al último trabajo del cortometrajista, “The Aroma of Tea”, una especie de road movie protagonizada por un grano de te que viaja a través de las narices de tropecientas personas durante tres interminables minutos.