Tragedia en tres actos, por muchas partes que el Danés nos quiera contar son tres actos, con prólogo y epílogo. Primera, supremacía masculina sobre el orden de las cosas, Willem Dafoe como maestro de ceremonias en una historia en lo que lo más cuidado es la fotografía.
Segundo acto, Charlotte da un golpe de estado, un pequeño respiro femenino en una asfixiante misógina obra, ¿ misógina? para nada.
Coletazos de supervivencia en una batalla sin ningún tipo de trasfondo, dos amargados amantes que se aborrecen tras la muerte de su hijo y luchan, de vez en cuando se funden sexualmente para demostrar que otra cosa no habrá, pero amor mucho, o al menos atracción.
Acto final, Von Trier en estado puro, sinsentidos cargados de emociones pero nulos en esperanza. ¿Así nos recuperamos de las depresiones?
Muy interesante en general.