Este magnífico musical, nos lleva desde su misma presentación, hasta los originales títulos de crédito o reparto, que aparecen al final, a presenciar, sin poder dejar de quedar hipnotizados por la pantalla, la consabida historia trágica de los amores de "Romeo y Julieta", transportados al barrio del extremo oeste de Nueva York, con sus complejas relaciones y enfrentamientos, entre los emigrantes latinos, de Puerto Rico para más señas, que constituyen la banda de los "sharks" ( tiburones), en lucha constante contra los "jets", originarios de diversos países europeos. La formidable música de Bernstein , convertida incluso en un clásico de culto, además de una coreografía sensacional, nos proporciona una visión de unos amores desgraciados, pero que sin embargo y gracias a esa pléyade de grandes actores y extraordinarios bailarines, nos hacen disfrutar de este film, ya antológico, de una belleza sin igual, con una fotografía envidiable,...tal vez el único pero, resida en la blandengue actuación de Richard Beymer, que interpreta a "Romeo", es decir, Tony, con su sonrisa demasiado forzada, que le resta personalidad y carácter a su personaje, en contraposición con George Chakiris, que borda su papel, así como un Russ Tamblyn, que seguramente firmaría en este grandioso film, su mejor interpretación ante las cámaras...