En la línea de "In time" o "Waterworld", "Jumper" es una película que parte de una idea cuanto menos interesante que resulta ser un producto flojete y poco convincente al que terminas por no tomar muy en serio.

Un adolescente descubre que tiene la capacidad de teletransportarse, al principio sin darse cuenta y después pudiendo controlar dónde quiere ir exactamente. Utiliza ese poder para pegarse la vida padre por todo el mundo gastándose el dinero que roba de innumerables bancos. Mientras tanto, una especie de policías llamados "paladines" se dedican a ir 'cazando' a la gente que tiene este tipo de poder, conocidos como "jumpers". Hasta aquí todo bien, el problema es que todo está muy mal llevado, no se explica el por qué de nada, hay lagunas en el guión por todas partes y las situaciones son bastante risibles. Puede que al principio entretenga un poco, pero el descalabro que sufre con el paso de los minutos es tan descomunal que resulta imposible no reírse de varias escenas.

En el reparto contamos con un Hayden Christensen al que creo que se eligió por si su papel de Anakin Skywalker en la nueva trilogía de "Star Wars" podría darle un tirón extra a la película, craso error, ni es buen actor ni tiene tirón; Samuel L. Jackson confirma una vez más que está dispuesto a embarcarse en cualquier proyecto bien sea excelente, bueno, regular, malo o vomitivo; y del resto la verdad es que no merece la pena hablar ya que son personajes bastante planos.

Los apartados salvables son los técnicos, con buenos efectos especiales, visuales, de sonido y fotografía que aporta grandes paisajes de medio mundo. Sin embargo, con eso no es suficiente ni de lejos.

Verla no es ningún suplicio, pero son 90 minutos muy prescindibles.