Quién iba a decir que una simple escapada, un simple viaje en hidroavión para visitar la Gran Barrera de Coral australiana se iba a convertir en una pesadilla acuática para cinco jóvenes. Unos jóvenes que solamente querían pasar una pequeña e inocente aventura para olvidarse de sus problemos cotidianos. Pues, así son las cosas, aunque si uno quiere ver esta película de terror-suspense será mejor que se abstenga de visionar el tráiler. Es cierto que, casi todos los tráilers son bastante spoileros, pero mejor entrar a la sala sin saber nada de ella. Sinceramente, parece que estemos delante de una mezcla de la magnífica Infierno Azul (Jaume Collet-Serra, 2016) y Open Water (Chris Kentis, 2003). El resultado general tira más hacia la segunda que hacia la primera, pero de todas maneras, termina con bastante buena nota. La guapa e infravalorada actriz Katrina Bowden (American Pie: El reencuentro, Piraña 2) encabeza el reparto, con actores y actrices mayormente desconocidos para mí, de este film rodado mayormente en Australia. Ya sé que Katrina no es Blake LIvely en la mencionada Infierno Azul, pero hace muy suyo a su personaje y consigue meterte en tensión y suspense, junto a sus compañeros, a lo largo de hora y media, más o menos, de metraje. No es una superproducción de Hollywood, no tendré un presupuesto de lo más elevado, pero se nota que han sabido aprovechar bien su presupuesto. Sobretodo en lo que respecta al terreno de los efectos visuales, los tiburones y los efectos que producen sobre los cinco protagonistas. Mi nota final es de 7/10.