Este giro puede parecer algo forzado, pero en realidad está grabado con bastante naturalidad. Tanta que parece que el registro de la peli va a dar un vuelco en cualquier momento y nos van a meter una escena de violación en plena tundra rusa. En la sobremesa, entre chupito y chupito, la madre se abre en canal y suelta dos o tres verdades que ponen firme al espectador, el cual hasta el momento no había hecho más que tropezar patosamente con sus propios prejuicios.

A partir de aquí es donde comienzan a salir los mensajes de la peli:

Es una road movie, así que ya sabemos todos eso de que el camino es lo importante. Pero hay algunas ideas más: que las apariencias engañan, que la sabiduría del populacho puede condensar más realidad que todas las páginas de Gorki y Chejov juntas.
Hay algo más sobre la clase social bastante obvio, y una pregunta ¿Quién es el que realmente tiene los pies en la tierra: el intelectual que estudia la historia y lee a Sartre, o el obrero del metal embrutecido que ha salido de una fábrica donde los producen en masa? A mí me gusta el mensaje de la escena de la batalla de bolas de nieve: con buena compañía, hasta el puto infierno es un lugar agradable.

Cuando terminó, tenía ganas de irme al culo del mundo a regarme en alcohol y a fumar hasta que los globos oculares se me pusieran amarillentos. Todas buenas sensaciones.

Al meterme en la cama, escuché a mi mujer medio dormida preguntar: “¿Qué tal la peli finlandesa?”