De lo poco rescatable, su último cuarto de hora, cuando la película despega, pero hasta llegar a esos minutos, puede que antes hayas echado una cabezadita. Pocos minutos entretenidoss y con unos efectos especiales indecentemente malos.
Acaba por ser la enésima cinta rodada con cámara en mano, género que lleva años dando síntomas de agotamiento y sobre-explotación, pero al que Hollywood sigue recurriendo como forma de abaratar costes de rodaje y producción.
Ni la puesta en escena, ni las actuaciones, ni el final de la película, son nada del otro mundo. Comienza con unos panolis americanos en Moldavia, país del que el guionista y director muestra un absoluto desconocimiento y que contiene un puñado de tópicos que parecen extraídos de "Borat" olvidando que aquella era una comedia satírica. Hasta tal punto llega la desgana en la investigación previa para escribir el guión, que olvidan que los cristianos ortodoxos se persignan de derecha a izquierda. Sirva esta anécdota como ejemplo de lo banal y tópica que es la película.