Por defecto, todo lo que haga Glenn Close procuro verlo en pantalla grande.
Y en el teatro: tuve la suerte el año pasado de ver en directo en Nueva York la producción de Broadway de "Sunset Boulevard", con Glenn Close como protagonista. De verdad, a la gente -yo incluido- se le saltaban las lágrimas de emoción, disfrutando de la profundidad con que Close desgranaba su personaje. Maravilloso.
Volvamos: la humanidad de Joan Castleman -"La buena esposa"- (con todo lo bueno y mucho de malo) avasalla, y me hizo pensar si yo sería capaz de vivir del mismo modo. Humildemente, no lo sé...
El film muestra con mucha sensibilidad las dos caras de la verdad: la de la apariencia externa, social, de cara a la galería (Facebook?) y la de puertas adentro, más auténtica, más profunda, menos desenfadada.
¿Porqué nos cuesta tanto a los seres humanos mostrarnos tal cuál, libres, descargados de pasado, niños?
La película no responde, pero sugiere la pregunta de manera inteligente.