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antonalva rating:
9
Romance. Drama A romance between an adolescent boy and a summer guest at his parents' cliffside mansion on the Italian Riviera. It’s the summer of 1983 in northern Italy, and Elio Perlman (Timothée Chalamet), a 17-year-old American-Italian boy, spends his days in his family's seventeenth century villa lazily transcribing music and flirting with his friend Marzia. One day Oliver (Armie Hammer), a charming, 24-year-old American scholar working on his ... [+]
Language of the review:
  • es
January 27, 2018
94 of 130 users found this review helpful
Yo no he tenido una casa señorial en Italia donde pasar los veranos y, sin embargo, he conocido esa borrachera estival de días interminables de ocio que me envolvían como una lujuria de los sentidos y parecía presagiar mi despertar sensual y afectivo. Yo no he tenido unos padres idólatras de la cultura clásica y, sin embargo, he sido acogido con afecto y cariño por su inefable protección y generosidad, sin nada que ofrecerles por mi parte más que mi apática y torpe indolencia. No obstante, también he conocido la confusión de los sentidos, la idolatría de lo imposible o de lo improbable, he transitado el alboroto desordenado de la sexualidad embrollada y caótica, la búsqueda egoísta de mi satisfacción a toda costa y a cualquier precio, pero me ha faltado el acompañamiento juicioso y salvífico de un adulto que me supiera desbrozar el camino, sin por ello tratar ni de manipularme ni de coartarme… Es decir, me veo retratado en el relato y recorrido que me proponen tanto James Ivory (en el guión) como Luca Guadagnino (en la dirección) y les estoy agradecido por ello: Han sabido expresar lo sublime sin caer en lo cicatero.

Una vez más la trama parece deambular sin un destino concreto ni aparente por derroteros que basculan entre lo tópico y lo previsible, entre una belleza edulcorada y el desapego de lo preciosista, deteniéndose en unos acontecimientos y unos pormenores que parecieran presagiar un anuncio ardoroso de colonia o una mercadería insípida de moda veraniega, pero lo relevante es todo aquello que sucede por debajo de la piel, entre los recovecos y claroscuros del deseo y los pliegues y fabulaciones de la ilusión. Una cosa es lo que hacemos y otra bien distinta es lo que anhelamos hacer. Y en esa paradoja entre lo simulado y lo real se mueve como un pez en el agua esta fábula intemporal que disecciona un amor de verano más allá de los tabúes y de las convenciones. Busca incendiar una bacanal de la pasión cuando nadie, en apariencia, ni tan siquiera ha pretendido avivar ni un mínimo rescoldo de erotismo. Pero la ternura y el apego tienen muchas máscaras y toman rumbos inesperados…

Más allá de su excelente guión, de una dirección tan primorosa como certera, de una música sibarita y evocadora, de unas imágenes inmarchitables y de unos diálogos certeros en su fecunda transparencia, el mayor mérito corresponde al trío protagonista. Ojalá Timothée Chalamet tenga una larga carrera porque su asombrosa interpretación ya forma parte de la historia del cine. Armie Hammer está muchísimo mejor de lo que su portentoso físico pudiera hacernos negar. Y Michael Stuhlbarg, como el atolondrado padre, tiene una intervención tan inolvidable como conmovedora. Gracias a ellos asistimos al sincero embrujo en estado puro.
antonalva
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