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antonalva rating:
6
Comedy Explored in distinct enclosed spaces – a TV studio and a bar – in which characters are forced into extreme but comical situations, they explore themes of deceit, betrayal and guilt.
Language of the review:
  • es
October 24, 2015
73 of 84 users found this review helpful
Bebiendo directamente de las fuentes tanto del esperpento como de cierto teatro del absurdo, Álex de la Iglesia vuelve a armar el Belén. Utilizando la brocha gorda y la caricatura deformante como herramientas corrosivas, nos presenta la grabación televisiva de una gala de Año Nuevo como catalizador de un microcosmos de deformidades morales que nos devuelve el retrato de nuestra época, devorada por la zafiedad consumista, caracterizada por la menesterosidad ética, corroída por una carencia deontológica básica, emponzoñada por la bisutería más chabacana y basta. ¿Hay quien cree que se cargan las tintas o se exageran gestos o situaciones? Señores seamos serios, ¡estamos en antena!

Su capacidad por exprimir lo inmediato, la simbología más cutre y rastrera, sacar oro de las situaciones más previsibles o reconocibles (el mundo es un espectáculo cochambroso y mezquino, donde todos buscan aprovecharse de todo y todos, donde la solidaridad sólo es una entrada velada en un diccionario arrinconado en el desván del olvido pretérito), utilizando para ello los clichés de moda o reelaborando iconografías patrias y llevándolas hasta la parodia descarada y descarnada… ¿cómo no agradecer el rescate del incombustible Raphael en el burlesco papel de Alphonso, llevándolo hasta el extremo devastador de su propia grandilocuencia? El homenaje y la burla se dan la mano y salen victoriosos por su falta de inhibiciones y remordimientos.

Pero también se ridiculizan y revelan las corruptelas políticas y mediáticas, la explotación laboral indecente por apenas un puñado de euros ganados a destajo (muecas de alegría, aplausos al aíre, descoordinación entre lo que ocurre, cuándo ocurre y para qué ocurre), se ríe de los divismos de vodevil de tarugos sin un dedo de cacumen, arrogancia de estrellas en declive o que se les ha pasado el arroz sin que se quieran dar cuenta, la ambición desaforada de mujercillas que no pasan de ser putones que no saben que lo son o que prefieren no poner un nombre indecoroso a su afán por salir del fango y del anonimato, unos representantes con más cerebro y ambición que sus borricos representados… Hay tanto material y tanto jolgorio regocijante que no sabe uno por dónde empezar ni a qué atender.

Hay veces que es mejor pecar por exceso que no por defecto. No estamos ante una propuesta redonda ni del todo satisfactoria, pero se agradece el desparpajo, el descaro, la irreverencia y la capacidad crítica de un espíritu tan iconoclasta e insolente para desentumecer una cartelera que rehúye el riesgo, propensa a lo previsible y calcado. Pasen y mírense en el espejo, seguro que no se reconocen pero reconocen a su vecino…
antonalva
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