Adoro el cine de gángsters. Cualquier cosa con aroma a mafia me encandila. Desde la familia Corleone, a la familia Soprano, pasando por auténticos capos como Tony Montana o Al Capone, el séptimo arte me ha hecho disfrutar mil veces con un género que ha hecho leyendas a nombres como Marlon Brando, Al Pacino, Robert De Niro, James Cagney o Paul Muni.

Ruben Fleischer, aquel alocado director que sorprendió a propios y extraños con la genial "Bienvenidos a Zombieland", recopilando los clichés de un género exprimido y transformándolos en una de los más geniales homenajes que han desfilado por el celuloide en los últimos años; y que decepcionó a bastantes con su segunda obra "30 minutos o menos"; se atrevió en su tercer asalto con un género que ha dado grandes alegrías al mundo cinematográfico. Sin embargo, algo cojea en su guión. Una vez más llena su cargador con tópicos y maneras ya utilizados con anterioridad, fija su punto de mira en la notable "Los intocables de Eliot Ness" de Brian de Palma, y termina disparando con balas de fogueo. Su intento de homenajear a un gran género queda sepultado bajo una capa de pseudoparodia que convierte en predecible todo lo que acontece en la pantalla. Sus personajes no llegan a perfilar su carácter, y Fleischer parece más preocupado por los fuegos artificiales que por el calado emocional y el recorrido psicológico de sus héroes y villanos.

Sin embargo, varias virtudes encierra "Gangster Squad". La primera y más evidente, es un reparto plagado de estrellas que solventan perfectamente la difícil papeleta de crear empatía con unos personajes tan difusamente perfilados. Gosling, Brolin y compañía son tipos duros sacados del mejor cine de mafias; hombres hechos de sangre, sudor y asfalto que hacen del disparo y la violencia un arte. El segundo gran acierto de la película, es su cuidada ambientación. Una postal de una ciudad plagada de vicio y luces de neón; de swing y sombras; que aporta elegancia y glamour al resultado final de la cinta. Para acabar, es de agradecer y mucho el excelente ritmo de la película. Consciente o no de la predecibilidad de la cinta, Fleischer por momentos parece comprender las limitaciones a las que tiene que hacer frente, y llena el metraje de acción sin descanso, transformando lo que en un principio parecía una película de gángters, en cine de acción sacado de la mejor escuela de los 80.

No es una gran película sobre el crimen organizado ni pasará a los anales de la historia por su soberbio guión. Probablemente haya más parodia de la que el director podría presuponer en un principio. Decepcionará a muchos. Pero lo que no se puede negar, es que en "Gangster Squad" hay cartuchos de entretenimiento que hacen la experiencia llevadera y divertida, aunque su brigada no este llamada a perdurar en la memoria colectiva.