Estupenda película bélica donde prácticamente no se dispara un arma, o al menos no la vemos, sólo las oímos. Billy Wilder nos presenta a uno de los mejores generales alemanes, Rommel, al que apodaban "el Zorro del desierto", con su excéntrica forma de comportarse con todo el mundo, con su egocentrismo furibundo y sus ínfulas de superioridad vacilando a los oficiales ingleses prisioneros y permitiéndoles hacerle veinte preguntas alardeando de su inteligencia y superioridad, y gracias a su insana locuacidad les da la pista de su superioridad y su victoria, las "Cinco tumbas al Cairo".

La genialidad de Wilder se aprecia en pequeños detalles, en presentar al público con tintes un tanto cómicos de los que da buena cuenta el propietario del hotel donde se desarrolla la trama, "el Emperatriz de Inglaterra" en un desolado paraje de Libia, de la minúscula inteligencia del "Zorro del desierto" enfrentado a un mero cabo inglés, un pequeño zorro de los seguros que logra descubrir el soberbio plan alemán y aprovechándose de los propios nazis, desvelarlo a sus compatriotas para impedir la caída del Cairo y lograr la victoria del Alamein con el general Montgomery al frente.

Espionaje y humor en un ambiente bélico donde lo de menos son las armas, y sí la locuacidad de sus protagonistas, con brillantes interpretaciones de Erich von Stroheim en el papel de Rommel, el dueño del hotel Akim Tamiroff en su inolvidable papel con una comicidad de la que Wilder siempre hizo gala en sus producciones, y los espías, el cabo interpretado magistralmente por Franchot Tone y su impostada cojera y una guapísima e inteligente Anne Baxter.

Obra menor de Wilder pero no por ello menos brillante.

Notable, 7.