Curioso thriller dirigido por Scott Mann con vigor, con una mezcla de acción y suspense adecuados para mantener el ritmo de la película hasta el final, donde todo puede pasar lógicamente o no, para eso está la magia del cine y el talento y la habilidad de los guionistas como si de un juego de cartas se tratara.

Lo mismo que el sabor de un cigarrillo electrónico no remeda el de uno auténtico, aunque disfraza la ansiedad y te deja la sensación de que algo te falta, la película sigue sus derroteros hacia un final conocido, aunque por el camino se producen cambios sustanciales para sustituir ese final por otro.

Buen trabajo de Jeffrey Dean Morgan, un actor secundario que debería ser un primer espada, como Robert de Niro, que aquí borda su papel de secundario y que. desde luego, es uno de los mejores actores de nuestro tiempo.

Buen thriller que no decepciona, para pasar un inmejorable rato, que es de lo que se trata. Un 6.