Hablar de Indiana Jones es hablar de un icono. Para todos aquellos que crecimos con el personaje le guardamos un recuerdo especial, ya que nos hizo volar y disfrutar de cientos de aventuras con las que solo soñábamos de niños. Se creó un personaje icónico, con carisma, emblemático y muy querido, que ni el paso del tiempo han podido cambiar.

Tras una trilogía original que dejaba los niveles por las nubes y una cuarta que flaqueaba un poco a relación, ahora llega la quinta y, en teoría, última aventura de nuestro arqueólogo favorito. El resultado es positivo, salgo de la sala contento tras haberme ofrecido un viaje entretenido, emotivo y hecho con cariño hacia el personaje. No es perfecta, tiene sus cosas, pero el conjunto es bueno.

La historia arranca con un prólogo en el pasado, con un Indy rejuvenecido digitalmente. Cabe decir que da el pego y, además, tiene esa esencia pura del personaje. Luego salta al presente y entra rápido en materia. A partir de ahí ya tiene la sartén por el mango, llevándote de la mano hasta el mismo final con un ritmo trepidante y atravesando diferentes países y localizaciones diversas. Puro Indiana Jones.

Harrison Ford vuelve a enfundarse nuevamente el traje, el sombrero y el látigo más famosos del mundo del cine para una última aventura. El resultado funciona. Se le ve agusto interpretando al personaje pese a sus 80 años y luce genial. Mads Mikkelsen, el villano, está muy bien. Imponente en pantalla, pero poco aprovechado, en mi opinión. Phoebe Waller-Bridge está muy bien, formando una dupla con Ford francamente buena. La presencia de Banderas es anecdótica, casi sin minutos ni peso en la trama.

Visualmente la película es solvente, pese a que, y eso es cierto, abusa un poco del CGI. No obstante no lo catalogo como algo negativo, ya que se usa cuando es necesario. Seamos honestos, los años pasan para todos y los tiempos lo mismo. Y destacar la brillante banda sonora, a cargo nuevamente de John Williams. Es un genio. Cada vez que suena una melodía es imposible no sonreír.

En resumen ''Indiana Jones y el dial del destino'' es una película hecha con mimo hacia el personaje y de pura aventura. La pondría por debajo de la trilogía original, pero por encima de la cuarta. No obstante es digna , está a la altura y es un cierre bastante correcto. Si te gusta el personaje ve a verla en pantalla grande, porque vale cada euro de la entrada. La recomendaría.

Lo mejor: Es entretenida, el ritmo, la banda sonora, lo que transmite y el talento de Ford, Mikkelsen y Bridge.
Lo peor: Nada importante.

* Un 7 *