No pierdan demasiado el tiempo en este desastre filmado por el habitualmente excelente De Mille. Narra las aventuras y desventuras de cuatro auténticos memos perdidos en la selva malaya tras huir de un barco en el que se ha declarado la peste bubónica. Ni Claudette Colbert, en uno de los papeles más tontos de su carrera, ni la mirada cansada y romántica de Herbert Marshall salvan de la quema la película que naufraga de principio a fin. Realizada con total desgana, en ningún momento aflora el sentido del espectáculo de De Mille, su buen hacer narrativo o la máxima de que, ante todo, no se puede aburrir al espectador. Olvidable