Todo un clásico imprescindible para los amantes del cine bélico. Una película que agrupa el género bélico con el drama carcelario, con un metraje extenso pero que mantiene al espectador pegado a la pantalla, consiguiendo transmitir la claustrofobia que sufrieron los prisioneros.
Las interpretaciones de los actores son perfectas, con un reparto plagado de estrellas de la época. Para mí es inolvidable la interpretación de Steve McQueen como Capitán Hilts y Donald Pleasence también está fantástico. Mención aparte de la banda sonora a cargo de Elmer Bernstein con ese estribillo tan característico que siempre sonará en mi cabeza.

Siempre recordaré esta película con un encanto especial, ya que tiene unos personajes con los que empatizas rápidamente y se basa en un relato bastante fiel de los hechos ocurridos en el Stalag Luft III.