Un joven próximo a la treintena, inmerso en el despiadado mundo de los negocios inmobiliarios, experimentará una profunda transformación cuando sienta renacer su pasión por el piano.

Jacques Audiard relata con realismo crudo y sin concesiones sentimentales el cambio operado en un hombre violento destinado a seguir los pasos de su progenitor. La oposición entre los dos ambientes en los que se mueve -el de su trabajo y el de sus prácticas de piano-, que también constituyen las dos fuerzas que tiran de él -la herencia de su padre, la brutalidad; y la herencia de su madre, la sensibilidad artística- marca una narración imprevisible llena de zonas oscuras. Asistimos a la evolución de ese nervioso individuo, a sus relaciones con los compañeros, sus amoríos, su progresivo entendimiento con la profesora de música. Notaremos su necesidad de optar por uno de los caminos que se le dibujan en el horizonte. El director no se priva de enseñar los aspectos más sórdidos del personaje, sin dulcificar su conducta, mostrándonos su complejidad.