Película inclasificable. Lo bueno es tan bueno y lo malo es tan malo que es de las pocas obras que veo motivos para valorarla de todos los modos posibles, toda interpretación tiene cabida en este batiburrillo...

La sordidez de los ambientes en contraposición con el pueblo idílico, las formas de entender el amor y el sexo a través de los personajes que interpretan Laura Dern e Isabella Rosellini, el análisis de los sentimientos con los que se va encontrando el protagonista a lo largo de la historia, el submundo descubierto... Todo ello hace que la película sea tan inquietante como adictiva, resultando imposible quedar indiferente ante la secuencia de imágenes, situaciones y personajes turbadores que se muestra en pantalla.

Por otra parte, el guión es más bien flojito, la trama es muy sencillita. Y sobre todo hay un montón de personajes que rozan el ridículo absoluto. El personaje encarnado por Dennis Hopper es absolutamente nefasto y esperpéntico. Da lástima verlo, no es creíble y no consigue nada más que provocarnos risa floja ante semejante tontería de personaje.

Todos los secundarios de la banda del villano son un despropósito absoluto, en especial Dean Stockwell haciendo un playback horroroso en un entorno que no viene a cuento y que no tiene ningún sentido. Las secuencias en las que aparecen estos personajes hacen que el espectador pierda la conexión con la película, son una distracción sin sentido que no aporta nada.

En una cinta que tiene partes tan interesantes y tan duras como el tratamiento de la sexualidad, el amor, la dominación o la venganza como ésta no debiera de tener cabida otra serie de tonterías que afean el resultado final.