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Spain Spain · Granada
Kikivall rating:
6
Romance. Drama An American widow finds unexpected love with a man living wild on Hampstead Heath when they take on the developers who want to destroy his home. Though Emily (Diane Keaton) and Donald (Brendan Gleeson) live in the same idyllic London neighborhood of Hampstead, the worlds they inhabit could not be more different. She is an American widow occupying a posh apartment she can no longer afford and filling her time with charity work as she ... [+]
Language of the review:
  • es
April 24, 2018
6 of 7 users found this review helpful
Es curioso, o no, según se mire, que el director británico Joel Hopkins ya hubiera dirigido una obra igualmente de amor entre adultos mayores de título: Nunca es tarde para enamorarse (2008), una cinta que trata esa interesante historia romántica, sin que la película esté a la altura del relato ¿Ocurre tal vez lo mismo en esta cinta? Bueno, creo que en parte sí. De nuevo un romance entre adultos mayores y esta vez Hopkins ha logrado hacer (de nuevo) una comedia-dramática-otoñal correcta, amable, tópica y previsible con los actores como puntales principales de su obra.

El guion de Robert Festinger está basado en una historia real de un personaje coherente consigo mismo que continuó viviendo en su chamizo sin agua ni electricidad a pesar de tener posibles. Pero el libreto carece de sentimiento y también de mordiente, dirigiendo siempre sus afiladas críticas al mundo exterior que rodea a los personajes, puñaladitas dirigidas a la pérfida burguesía, pero dejando de lado los temas íntimos y más personales de los personajes, lo cual mutila en gran medida la trama.

La música de Stephen Warbeck es apenas soportable con poco más que un tema de piano que se reitera hasta el cansancio; y buena la fotografía de Felix Wiedemann que sabe retratar el bello parque de Hampstead.

El reparto del film es la gran baza del mismo, su valor principal, con una Diane Keaton que como siempre hace gala de su formidable encanto natural y sus dotes de actriz sin paliativos. A su lado un Brendan Gleeson que a mí me encanta, con su porte rudo de barbudo gruñendo a cada rato. Lo malo del tándem Keaton-Gleeson en esta película es su falta de química y sintonía, dentro de una historia que resulta poco creíble.

O sea, un quiero y no puedo, de nuevo la edad madura y muy madura pretendidamente enamorada, pero el cuento no le sale bien al bueno de Hopkins que nos lanza de manera trivial el manido mensaje del amor en los mayores y el de ser fiel a uno mismo, con alguna gesta revolucionaria, lo cual digo con cachondeito. El resto es pura flaccidez de un otoñal flirteo que pretende además y para colmo, servir para criticar el mercado inmobiiario pero sin apenas convicción. El conjunto de la película es aséptico y simple.
Kikivall
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