Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que decide retirarse por padecer vértigo. Gavin Elster (Tom Helmore), un amigo de colegio, lo contrata para que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una mujer de gran belleza que al parecer pasa por una época de confusión y enajenación.

Si una película pretende mantener la tensión dos horas “Vértigo” (originalmente el título es “De entre los muertos”) lo consigue plenamente con una enigmática historia que no se aclara hasta el mismo final de la misma. Por supuesto cuenta con la magistral, como siempre, dirección de Alfred Hitchcock y el excelso guión de Alec Coppel y Samuel Taylor. Pero en este elenco de grandes, no debemos olvidar la interpretación de James Stewart, una interpretación genial que sostiene el film, y como partenaire a la bellísima y carismática Kim Novak que se luce en la obra a manos llenas. No hay que olvidar la música de Bernard Herrmann o la fotografía de Robert Burks.

En esta cinta se conjunta el melodrama, el thriller, el drama psicológico, el enigma policíaco y una exploración sin fondo en un abismo sin fondo donde caben las pasiones, el amor y los ángulos oscuros que aguardan tras las pasiones, la atracción hacia mujer inexistente: la rubia fatal e inalcanzable.

Un gran film que hay que ver y del que uno guarda siempre un recuerdo un tanto desasosegante. Como decía el gran crítico Fernández-Santos sobre este metraje: “Hitchcock buscó la representación del vértigo, ese vértigo físico y moral que es la forma escondida del Vértigo filme, una de las obras más bellas, densas y perfectas de la historia del cine”. Vértigo es un verdadero manual de cine, un paradigma filmográfico.