Película blanca y bien ambientada que relata como el ingenio de un muchacho llamado Cotolay fuera instrumento fundamental para que los frailes Franciscanos, durante su peregrinaje por Santiago de Compostela, pudiesen allí iniciar la construcción de su primer convento en los albores de la edad media. Existe una leyenda en la cual esta basada la película y hay evidencias de que Cotolay existió realmente. Sin embargo no parece ser esta película una fiel adaptación a esa historia.

En general las actuaciones son regulares, excepto la de el joven actor que interpreta a Cotolay, que con su frescura lo hace bastante bien. La historia raya en lo no creíble en algunos aspectos, pero no hay que olvidar que el mensaje principal que pretende emitir es que la fe y perseverancia todo lo vencen, razón quizás por la que esta película es bien acogida por el catolicismo y apta para toda la familia.