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Ghibliano rating:
10
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- es
June 26, 2012
5 of 6 users found this review helpful
Qué sensación más extraña da ponerse a ver una película y ver reflejado en ella el mismo mundo que reconoces en tu día a día, las mismas actitudes, las mismas debilidades; y revisar la ficha de FilmAffinity, y confirmar que por esta obra de discurso tan aparentemente moderno han pasado ya más de 75 años...
No hemos avanzado nada. Queremos creer en los principios generales de la justicia: objetividad, equitatividad, independencia. Pero a la hora de la verdad no somos capaces de asumirlo. No podemos aceptar que el concepto de justicia vaya más allá de nuestras emociones. La presunción de inocencia, tan necesaria en cualquier proceso, da paso a los prejuicios morales y a la exclusión social de los sospechosos. Y se suceden las manifestaciones, las exigencias al sistema judicial: "Esos monstruos deben pagar por sus crímenes".
Tal vez no nos dediquemos a quemar cárceles ni a matar al que nos cae mal. Pero sí que tendemos a demonizarlo de tal forma que nos resulte hasta placentera la idea de su muerte. Y es por eso por lo que la idea de justicia siempre va a llevar ese lastre asociado, la concepción del castigo como instrumento de autorrealización, para satisfacer los deseos de odio y venganza.
Y me incluyo porque hasta cierto punto yo me consolaba pensando en que era capaz de mantenerme al margen de esto, pero esta película de Lang me rompe todos los esquemas. Cuando Joe reaparece y se propone acabar con las vidas de quienes le "mataron", juro que se me dibuja una sonrisa cómplice, sólo de imaginar a esa panda de hijos de puta desangrados, recibiendo su merecido. Y entonces me descubro pensando esto y me entra un escalofrío.
Si bien "Furia" no es una obra perfecta, sí es intensa como muy pocas y atemporal en el sentido más estricto. En 1936 ya removía conciencias y aún hoy lo hace. Su mensaje sigue estando tan de actualidad como hace 76 años y probablemente lo seguirá estando dentro de otros 76. En mi caso ha supuesto una sorpresa, porque no esperaba este nivel de compenetración, y en especial teniendo en cuenta que mis anteriores experiencias con Lang habían resultado algo decepcionantes.
No hemos avanzado nada. Queremos creer en los principios generales de la justicia: objetividad, equitatividad, independencia. Pero a la hora de la verdad no somos capaces de asumirlo. No podemos aceptar que el concepto de justicia vaya más allá de nuestras emociones. La presunción de inocencia, tan necesaria en cualquier proceso, da paso a los prejuicios morales y a la exclusión social de los sospechosos. Y se suceden las manifestaciones, las exigencias al sistema judicial: "Esos monstruos deben pagar por sus crímenes".
Tal vez no nos dediquemos a quemar cárceles ni a matar al que nos cae mal. Pero sí que tendemos a demonizarlo de tal forma que nos resulte hasta placentera la idea de su muerte. Y es por eso por lo que la idea de justicia siempre va a llevar ese lastre asociado, la concepción del castigo como instrumento de autorrealización, para satisfacer los deseos de odio y venganza.
Y me incluyo porque hasta cierto punto yo me consolaba pensando en que era capaz de mantenerme al margen de esto, pero esta película de Lang me rompe todos los esquemas. Cuando Joe reaparece y se propone acabar con las vidas de quienes le "mataron", juro que se me dibuja una sonrisa cómplice, sólo de imaginar a esa panda de hijos de puta desangrados, recibiendo su merecido. Y entonces me descubro pensando esto y me entra un escalofrío.
Si bien "Furia" no es una obra perfecta, sí es intensa como muy pocas y atemporal en el sentido más estricto. En 1936 ya removía conciencias y aún hoy lo hace. Su mensaje sigue estando tan de actualidad como hace 76 años y probablemente lo seguirá estando dentro de otros 76. En mi caso ha supuesto una sorpresa, porque no esperaba este nivel de compenetración, y en especial teniendo en cuenta que mis anteriores experiencias con Lang habían resultado algo decepcionantes.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
He leído unas cuantas críticas hacia el final. Se le acusa, en pocas palabras, de ser una maniobra cobarde, es decir, que en vez de dejar con el dilema moral de permitirle consumar su acto de venganza, se redime al personaje principal.
Aunque estoy de acuerdo con la idea de fondo y tal vez el final alternativo que proponen podría resultar más atractivo y memorable, también creo que el que muestra la película es perfectamente coherente con la evolución del personaje. Es decir, si se obvia la aparición de dudas y el sentimiento de culpabilidad que le atormentan, y que tarde o temprano hubieran terminado por matarle, evidentemente queda mejor que éste no actúe y el juicio siga su curso hasta que los 22 mueran ahorcados. Ése sería un final menos esperanzador, pero supone algo que en mi opinión Lang no buscaba: hacer que Joe pase de ser un buenazo a convertirse en un villano vengativo de cómic. Creo que precisamente esa oportunidad de redención es importante para no simplificar al personaje ni mostrarlo como un mero instrumento al servicio de los acontecimientos, al otorgar una cierta continuidad en su descripción y no transformarlo totalmente en lo contrario de lo que era.
Aunque estoy de acuerdo con la idea de fondo y tal vez el final alternativo que proponen podría resultar más atractivo y memorable, también creo que el que muestra la película es perfectamente coherente con la evolución del personaje. Es decir, si se obvia la aparición de dudas y el sentimiento de culpabilidad que le atormentan, y que tarde o temprano hubieran terminado por matarle, evidentemente queda mejor que éste no actúe y el juicio siga su curso hasta que los 22 mueran ahorcados. Ése sería un final menos esperanzador, pero supone algo que en mi opinión Lang no buscaba: hacer que Joe pase de ser un buenazo a convertirse en un villano vengativo de cómic. Creo que precisamente esa oportunidad de redención es importante para no simplificar al personaje ni mostrarlo como un mero instrumento al servicio de los acontecimientos, al otorgar una cierta continuidad en su descripción y no transformarlo totalmente en lo contrario de lo que era.