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antonio1004 rating:
6
Horror. Fantasy A weather beaten old fisherman tells an ancient tale of betrayal and death to fascinated children as they huddle together by their campfire. As a piece of driftwood in a child’s hands glows with spectral light an eerie fog envelops the bay and from it’s midst emerge dripping demonic victims of a century old shipwreck… seeking revenge.
Language of the review:
  • es
June 2, 2011
7 of 10 users found this review helpful
Cuando se menciona a Edgar Allan Poe, quizás el más influyente escritor de relatos cortos y cuentos de terror, vienen a la cabeza sinónimos e imágenes de inquietud, perturbación o angustia. Quizás por ello, o por la fuerza arrebatadora de la cita -que da título a la crítica y con la que abre el film-, Carpenter nos introduce a “La Niebla” no solo recordando al autor americano, sino tratando de asemejarse en cierto modo a él como narrador de cuentos clásicos de terror como el que a continuación nos presenta. Algo que con el paso del tiempo ha logrado, convertirse en uno de los autores cinematográficos más importantes del cine de género.

¿Y cómo se cuenta un cuento de terror? No hace falta más que encender una hoguera en la medianoche, tener un público dispuesto a pasar miedo y contar alguna leyenda o historia tradicional para lograr un ambiente terrorífico como el que Carpenter consigue en el brillante inicio del film. Recoge la tradición popular de contar historias de terror alrededor de una fogata y la introduce en su propio film, recuperando su espíritu y sentando las bases del buen cine del género, creando desasosiego desde la imagen y la palabra. Carpenter se nos muestra como lo que es, todo un narrador clásico en sus influencias y su puesta en escena, sencilla pero terriblemente efectiva.

La secuencia inicial concluye con un plano del anciano que, con su terrorífica voz, anuncia el final de la leyenda, o lo que es lo mismo, el comienzo de la película, en la que esta misma va a cobrar vida. Carpenter sube suavemente la cámara hasta llevarla a la oscuridad, mientras la mirada del anciano nos sigue avisando y recordando que sus palabras no son una mera leyenda. Y no lo son. El tono de sueño (o pesadilla) que profetizaba el inicio se expande en el film a través del grano que invade la imagen, o con el uso de tonos grises y azulados. El cuento toma forma a través de sus constantes momentos de clímax, un inicio aterrador en el que la niebla se apodera del celuloide y plasma el terror carpenteriano a lo desconocido, que toma forma en el ejercito de muertos buscando venganza o en la penumbra a través de una puerta en la oscuridad.

Y es que no hay más miedo que el que pasa uno solo en casa de noche, sobre todo cuando sabes que estás solo. Miedo escuchando un ruido en la calle, al cerrar rápido una puerta o encender corriendo la luz de las escaleras. Por eso son las dos y media de la madrugada y no me atrevo a volver a ver a La Niebla.
antonio1004
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