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Amin Adabaman rating:
2
7.2
280
Documentary In the New York of late 2006, and for the first time, Lou Reed gave a live performance of his entire mythical album Berlin, accompanied by around 30 musicians and voices including the original guitarist on the LP, Steve Hunter, and guests like the singer, Antony Hegarty. Having staged the concerts, Julian Schnabel filmed the event, which has continued throughout the summer in the shape of a European tour.
Language of the review:
  • es
September 5, 2013
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No vendría a cuento hacer aquí la crítica de una música –y en concreto de un disco–, pues uno se acerca a la película sabiendo a lo que va. Julian Schnabel es un pretencioso, como ha demostrado en las otras películas que ha hecho, medio acertando en algún caso, pero viéndose siempre lo que quiere hacer y no puede –no sabe, no llega, le faltan recursos de todo tipo. Que un pintor ‘de reconocido prestigio’ se meta a director de cine siempre es prometedor: viva los entrometidos, viva la injerencia artística. Pero cuando la cosa sale bien. No es el caso, pero no porque salga rematadamente mal, sino por su inanidad. La puesta en escena de la película, y seguramente la del concierto mismo, es muy poca cosa. Las imágenes de acompañamiento, también (y peor: no están a la altura de lo que cuenta la música y la letra, las desmerece, incluso las empobrece). Filmar un concierto será fácil, hacer una película de ello no, aunque alguna vez ha salido algo genial (Scorsese). Lo peor es que uno no se hace cargo del todo de lo que realmente fue el concierto por culpa de la torpeza cinematográfica con que está servido el asunto. No se puede concluir que el tono de función escolar –siempre por la puesta en escena resultante de su filmación– reproduzca exactamente lo que fue. Ni para eso sirve la película. La presentación oral que hace el propio Schabel al inicio del concierto (y, por tanto, de la película), es de pena: se dirige a la mamá del chico (¡Lou Reed, sesentón, con su larguísimo recorrido!), para felicitarle y de alguna manera concienciarle de la joya que ha parido, aunque presumiblemente ella no entienda por qué (este es el tono de las palabras pronunciadas). Respecto a la interpretación de las canciones, muy bien, competente, buenos músicos y coro, Reed tan desganado como se espera, todo muy fiel al disco –acaso demasiado, como si no hubieran pasado 40 años. Más de uno dirá que para esto ya dispone del disco. Ver a Reed tan de cerca como permite una filmación puede resultar un aliciente, pero con aquella mítica inexpresividad mantenida todo el rato, acaso ya valdría una foto y, de nuevo, la escucha del disco.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Amin Adabaman
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