Por encima de todo, "Ghost in the Shell" es una película de acción. La cacharrería futurista, el planteamiento sobre los límites de la cibernética, el estudio anatómico de Scarlett Johansson... todo eso no deja de ser contexto. Queremos muchos tiros, persecuciones impactantes, duelos de fundamento y si además se juega un poco al equívoco con quiénes son los buenos y quiénes los malos, mejor todavía.

En este terreno de la acción, "Ghost in the Sell" da motivos de esperanza durante el primer cuarto de hora. A partir de entonces, el suflé baja y solo nos regala cuatro destellos a la espera de una traca final totalmente decepcionante. Era muy difícil salir bien parado de una adaptación como ésta, con las expectativas que había generado. Buscando lo positivo, me quedo con el reparto (enorme como siempre la presencia de Takeshi), con un puñado de momentos estéticamente logrados y con la seguridad de que no habrá una segunda parte. Creo.