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Spain Spain · Málaga
Kaori rating:
4
Drama Erin Brockovich (Roberts) is a twice-divorced mother of three young children, who struggles to be taken seriously. While working as a file clerk in a small law firm, she stumbles upon a cover-up involving contaminated water in a nearby town which is causing devastating illnesses. She convinces her boss (Finney) to allow her to investigate, and in the process uncovers the company causing the contamination.
Language of the review:
  • es
February 10, 2012
11 of 18 users found this review helpful
¡Grave error! Tras ver «Erin Brockovich» me ha quedado muy claro que eso de «las penas con pan son menos penas» es una verdad como un templo. Justicia, dignidad, salud o muerte no tienen ningún significado ante un buen puñado de dólares. Buena enseñanza para el siglo veintiuno.

No quiero frivolizar con un tema tan serio como el que trata la película: el de víctimas inocentes aplastadas por una multinacional que juega con las vidas ajenas con una facilidad e impunidad pasmosa. Es el planteamiento de la película lo que me descoloca...; es esa algarabía ante el vil metal de una mujer que está a las puertas de la muerte lo que me desconcierta. Es esa felicidad de unas personas que se conforman con un cheque sin que haya un mínimo de reflexión sobre la gravedad del asunto lo que me sorprende. Es, en fin, esa superficialidad tan dolorosa que sobrevuela toda la película lo que me espanta.

A la cabeza, una Erin Brockovich que da casi repulsión por lo que representa: una mujer muy cara, con muy poca vergüenza, prepotente, soberbia, creída, cruel, manipuladora y, por supuesto, con una ambición que la carcome y que te echa para atrás. Como muestra, esa última conversación con su jefe. Ella misma se retrata, y no queda muy bien parada. Su supuesto interés justiciero no es más que una excusa para progresar y llevarse una buena tajada; esto no es sí reprochable, pero que no quieran presentármela como a una gran persona cuando lo que demuestra con cada acto es un tremendo egoísmo. Basta escuchar sus argumentos para no dejar el trabajo y seguir adelante; es siempre ella, ella y ella. Vaya hipocresía.

Quien sí tiene todo mi respeto es el abogado, interpretado por un simpático Albert Finney, verdadero cerebro de todo el cotarro y además un caballero que sobresale por su lúcida sensatez y buen corazón. Espléndido.

Película totalmente prescindible que causará perplejidad más que otra cosa. Sí es cierto que provocará debate por las relaciones hombre/mujer que se reflejan y por un tipo de feminidad que, si no se ha impuesto todavía, poco le queda para imponerse. Pero yo os pregunto, hombres que me leéis: ¿os gustan las mujeres como Erin Brockovich?

Por cierto que aún no me creo que Julia Roberts se llevara el Oscar...
Kaori
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