No recordaba que «Trolls» incluyera este temazo de Justin Timberlake al que estuve enganchada en su época, porque es que es buenísimo. De hecho, como productor musical de la película demuestra un buen gusto impresionante al seleccionar estos temas clásicos para que los canten nuestros amigos Trolls. No sé si me convence esta moda de ponerle a los niños canciones retros de adultos, pero bueno, dejémoslo de momento.

Aparte de la banda sonora, que destaca por sí misma, «Trolls» es una película infantil, colorida, optimista, con su toque de drama, pero lo cierto es que no parece que aporte gran cosa. Creo que estamos muy acomodados en un tipo de estructura de la que no nos separamos. ¿Que hacemos una historia de criaturas mágicas como los Trolls? Pues da igual: mismos personajes, mismas gracietas, mismas aventuras. Personaje A tiene que salvar a B y por el camino habrá saltos, piruetas y algún mensaje de autoestima y superación. Y, claro, todo muy políticamente correcto y acomodaticio.

Lo peor es la historia de Bridget que, en serio, es una absoluta porquería. ¿Cómo puedes estar ¡veinte años! enamorada de un tipo que ni te mira ni te habla ni sabe que existes y luego pretender conquistarlo poniéndote una peluca de colores y zapatos de tacón? Pero ¿qué relaciones estamos creando y fomentando? Es que no comprendo que seamos tan igualitarios, tan feministas, y al mismo tiempo se conciban historias tan repugnantes, indignantes y humillantes para las féminas. Claro, a su manera es empoderamiento femenino: ella toma la iniciativa, ella conquista, ella actúa...

En fin, yo es que soy una carca.