Las espectativas que tenía de esta película eran muy elevadas, y quizá por eso el chasco que me llevé también lo fue. Lo primero que esperaba es que tuviera un enfoque social mucho mayor, ya que según palabras del director lo que buscaba era indagar en la vida de los inmigrantes y reflejar su sufrimiento. Sufrimiento sí se ve en la película y en exceso, pero no veo ni un asomo de crítica a las causas de esa miseria continua, todo pasa porque sí. Y la segunda parte es la falta de guión, Iñárritu ha cogido todos los "must" para hacer un dramón, los ha mezclado en una batidora y tachán, lo que queda es una persona (con una buena interpretación de Bardem, eso sí) en la que en dos meses le pasa absolutamente de todo y hace la historia totalmente no creible. Lo que si me ha gustado de la película es la fotografía y las actuaciones, pero creo que se le podría haber sacado más partido con un guión más hilado y sobre todo sin abusar del efectivismo, miserabilismo y la omnipresente figura de la muerte.