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Spain Spain · Honor al Sabadell!
Grandine rating:
8
Romance. Drama Taipei. A voice off-camera looks back ten years to 2001, when Vicky was in an on-again off-again relationship with Hao-Hao. She's young, lovely, and aimless. He's a slacker. Cigarettes and alcohol fuel her nights. We see bits of her life: when Hao-Hao steals his father's Rolex and the police detain them; when she gets a job as a club hostess, where she meets Jack, who becomes her patron and protector; when Hao-Hao comes to the club, ... [+]
Language of the review:
  • es
September 11, 2008
37 of 44 users found this review helpful
Trágica, dolorosa, desconsoladora. "Millennium Mambo" es una de esas películas que te empapa y te sumerge en los retazos de las vidas de una juventud derribada por mundos desoladores de drogadicción y decadencia, y Hou Hsiao Hsien lo retrata perfectamente ajustando su cámara milimétricamente y trazando un retrato sórdido, triste y tan lúcido como sombrío sobre todas esas almas que, un día, sin saber porque, perdieron el hilo del que pendían, el que les sujetaba, y se lanzaron hacía una espiral de temores.
Temores y angustia reflejados perfectamente en cada una de las miradas de Shu Qi, que retrata todas aquellas inquietudes que la envuelven espectacularmente, dando paso a un personaje perdido en una lugar que nunca pareció ser el suyo y que se halla tan desorientado que resulta imposible no comprender esa incertidumbre que la envuelve.

"Millennium Mambo", pues, es una angosta mirada hacía ese universo repleto de personajes que vagan sin rumbo ni sentido, en el que no poseen ninguna meta, ni intentan palpar una realidad que emerja de entre todo aquello que les rodea y que les otorgue la oportunidad de ser lo que algún día, cuando aun conservaban un ápice de inocencia y esperanza y no sabían qué se les vendría encima, quisieron llegar a ser.

La voz en off, traza uno de esos testimonios desgarradores que se adhieren al espectador rápidamente y que, acompañada por esos planos casi estáticos, nos mete en la piel de la protagonista que, rebasada por sus propios sentimientos e inquietudes, transportará a nuestro propio interior todas aquellas emociones impresas en su rostro o su actitud y es que, retratar así un mundo decadente no es una tarea complicada, sin embargo, conseguir que uno mismo lo pueda palpar y sentir de ese modo, es digno de admiración, pese a la tristeza en que te ves inmerso durante un recorrido que, pese a ello, nunca desearías terminar.
Por desgracia, termina, pero por suerte, ese mundo no es tan inmenso como para no poder salir de él. Y es que siempre quedará un resquicio para la esperanza. Para volver a sonreír de nuevo, cueste lo que cueste, se interponga quien se interponga.
Grandine
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