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Ferdydurke rating:
6
7.1
8,170
Comedy. Musical. Romance
Blake Edwards tones down the broadly farcical style that is his signature with this sly musical comedy starring Julie Andrews as British entertainer Victoria Grant. She and an older friend, gay impresario Toddy (Robert Preston), are close to starvation in 1930s Paris. Desperate for work, he changes her image, introducing her to the cabaret world as female impersonator Victor/Victoria. Victoria, now a woman pretending to be a man in ... [+]
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- es
July 1, 2020
6 of 9 users found this review helpful
Entre las piernas.
Seas lo que seas, me gustas. En mi bemol.
Comedia chispeante, elegante y sofisticada del bueno de Blake Edwards.
De las de antes, de las de guion e ingenio, de actores y música.
Con la estupenda Julie Andrews y el galán James Garner. Más Robert Preston y muchos otros buenos (Lesley Ann Warren está deliciosamente exagerada).
De estructura convencional y de enredos más o menos previsibles, su factura es de calidad, inteligencia, ritmo y buen hacer. Gran fotografía, interpretación y dirección. Todo está en orden, en su sitio.
Es agradable, reconfortante, educada y hasta por momentos tiene gracia, no siempre, incluso a veces aburre, se estira innecesariamente, para nada. No sorprende ni fascina ni emociona. Es un alto tono medio, eficazmente entretenido y elevado, delicadamente guapetón.
Juego de equívocos sexuales en un marco de reglas conservadoras. La sangre no llega al río y la moral tampoco, queda inmaculada, en su urna, intacta, más allá de cuestionarlo un poco todo, de reírse del mundo entero y de los hombres tan tontos, pero con esa mirada que comprende que es inútil y ridículo cualquier histrión demagogo o aburrida moraleja a la contra, por lo que es mejor al final arreglarlo un poco todo, que nadie se asuste, que los espantadizos, simplones y muy hipócritas espectadores queden con un buen sabor de boca, sin llevarse las manos, y otras cosas, a la boca/cabeza/bolsa.
Todo está bien, muy querible y achuchable, pero no demasiado, tampoco exageremos.
Seas lo que seas, me gustas. En mi bemol.
Comedia chispeante, elegante y sofisticada del bueno de Blake Edwards.
De las de antes, de las de guion e ingenio, de actores y música.
Con la estupenda Julie Andrews y el galán James Garner. Más Robert Preston y muchos otros buenos (Lesley Ann Warren está deliciosamente exagerada).
De estructura convencional y de enredos más o menos previsibles, su factura es de calidad, inteligencia, ritmo y buen hacer. Gran fotografía, interpretación y dirección. Todo está en orden, en su sitio.
Es agradable, reconfortante, educada y hasta por momentos tiene gracia, no siempre, incluso a veces aburre, se estira innecesariamente, para nada. No sorprende ni fascina ni emociona. Es un alto tono medio, eficazmente entretenido y elevado, delicadamente guapetón.
Juego de equívocos sexuales en un marco de reglas conservadoras. La sangre no llega al río y la moral tampoco, queda inmaculada, en su urna, intacta, más allá de cuestionarlo un poco todo, de reírse del mundo entero y de los hombres tan tontos, pero con esa mirada que comprende que es inútil y ridículo cualquier histrión demagogo o aburrida moraleja a la contra, por lo que es mejor al final arreglarlo un poco todo, que nadie se asuste, que los espantadizos, simplones y muy hipócritas espectadores queden con un buen sabor de boca, sin llevarse las manos, y otras cosas, a la boca/cabeza/bolsa.
Todo está bien, muy querible y achuchable, pero no demasiado, tampoco exageremos.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Un señor Gómez de Barcelona y un jugador de rugby canalla y camorrista.
Vista hoy, está claro que su apuesta refrescante es ya agua de borrajas, su picardía o posible irreverencia serían ridículas o demasiado inocentes para el común de los mortales, no así para las mentes pensantes que nos dirigen con mano de hierro mundialmente, para las que sin duda sería muy ofensiva y denunciable, por un lado demasiado anticuada (al ser amable y de sentido, disparatado, como debe ser, todo lo que finalmente pasa), por otro increíblemente revolucionaria (al no alejarse demasiado de la verdad, de la ficción, al jugar con ella con liviana belleza y artesanía buena, y tratar de respetar la inteligencia, se supone, de su público, la tenga o carezca tristemente de ella).
De "El guateque" a "Irma la dulce" sin olvidarnos de "Charada" y, claro, "Cabaret".
De frente, los diálogos brillantes y las revueltas vodevilescas, de fondo, las caídas, empellones y tropezones. De lo más fino a lo más obvio, de lo más intelectual a lo más físico, de lo adulto a lo pueril, del tierno drama a la pura felicidad.
La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar...
Vista hoy, está claro que su apuesta refrescante es ya agua de borrajas, su picardía o posible irreverencia serían ridículas o demasiado inocentes para el común de los mortales, no así para las mentes pensantes que nos dirigen con mano de hierro mundialmente, para las que sin duda sería muy ofensiva y denunciable, por un lado demasiado anticuada (al ser amable y de sentido, disparatado, como debe ser, todo lo que finalmente pasa), por otro increíblemente revolucionaria (al no alejarse demasiado de la verdad, de la ficción, al jugar con ella con liviana belleza y artesanía buena, y tratar de respetar la inteligencia, se supone, de su público, la tenga o carezca tristemente de ella).
De "El guateque" a "Irma la dulce" sin olvidarnos de "Charada" y, claro, "Cabaret".
De frente, los diálogos brillantes y las revueltas vodevilescas, de fondo, las caídas, empellones y tropezones. De lo más fino a lo más obvio, de lo más intelectual a lo más físico, de lo adulto a lo pueril, del tierno drama a la pura felicidad.
La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar...