Contranatura. El fotógrafo del pánico.
Películas estas dos en las que depravados seres, lo tuyo es pura obsesión, con una menor, con serios problemas cognitivos, de todo tipo, discapacitados intelectuales, y aquejados de traumas psiquiátricos pavorosos monstruosos se inventan realidades paralelas según las cuales se sienten acosados por imberbes e inocentes criaturas puras, fantasías machistas, y se ven inmersos envueltos, según ellos, claro, sus perturbadas mentes, en conspiraciones facinerosas de mucho cuidado, de mala manera, delirios de grandeza, también tremens.
Metáforas imágenes brutales, por lo tanto, de las sociedades modernas que elevan ensalzan a la categoría de ídolos mitos, tótems, a infraseres detritus que a calzón quitado y sin disimulo ninguno, exhiben su bajeza con orgullo, a la juventud más desarmada y señera corrompen, seducida y abandonada, se la pasan por las armas y bagajes para que en un futuro cercano se conviertan en carne de cañón carne picada, piezas intercambiables y prescindibles, material de derribo, parias de la tierra, toda la pobre gente a la que sacar los cuartos y robar el alma y violar el cuerpo, para eso sirven los cantantes y los deportistas y los youtubers y las películas y los críticos y las noticias y los twitter y los instagram y los actores políticos y el clima y la medicina y los libros que no leen y la historia y la sandía, dar ejemplo, pulir cera, alegrarnos la vida, la felicidad a aa a.
La película es atroz, pero tiene algunas buenas ideas de humor absurdo, qué duda cabe, lo valiente y lo hernán cortés, no se me caen los anillos de oro, no paro en barras, no me pises que llevo chanclas, mátame fergoneta.