Confusa (en la forma, lían la maraña sobre todo al principio sin motivo, no te terminas de enterar bien cómo o por qué escapa la chica, y mueven la cámara de la manera más absurda; es la misma historia de siempre, otro asesino en serie, en USA los tienen a millones, hay censados más que habitantes, se les salen por las orejas, tara genética, trastocada un poco tal vez como disimulo para acabar en el único y tan obvio carril posible en estos casos tan chungos, las fallas de Valencia, pirotecnia huera, espectáculo tristemente morboso macabro) y desagradable, mucho, en el fondo (tanta muerte injusta y estúpida, tanta impunidad y majadería y chapuza), con personajes convencionales hasta el delirio o tuétano (ese policía y ese asesino, noctámbulo y meticuloso no tanto o mucho, no pueden ser más planos o tópicos) y un final desastroso cuando menos.
Lo único a lo que te puedes agarrar, y es lo más lamentable o desgarrador de todo, es a la reflexión indirecta que provoca, a que hay vidas que cuentan tan poco para la sociedad o comunidad que si faltan, nadie, que tenga alguna influencia o poder por lo menos, se preocupa o le importa una mierda, menos todavía si cabe los que más deberían, los que viven por y para ello, los que están para servir y proteger supuestamente.