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Russia Russia · Stalingrado
Ferdydurke rating:
2
Drama. Sci-Fi A group of scientists is sent to the planet Arkanar to help the local civilization, which is in the Medieval phase of its own history, to find the right path to progress. Their task is a difficult one: they cannot interfere violently and in no case can they kill. The scientist Rumata tries to save the local intellectuals from their punishment and cannot avoid taking a position. As if the question were: what would you do in God's place? ... [+]
Language of the review:
  • es
August 1, 2015
73 of 98 users found this review helpful
En otro planeta. Eso sin duda.
Lees la sinopsis y las estupendas críticas positivas, o negativas (profesionales y no -las de esta página web son magníficas), y rápidamente compruebas una cosa curiosa: hay muchas, muchísimas más palabras, sentido, lógica, personajes, trama, contexto, reflexión, referencias... que en la misma película, de lejos. Es decir, superan a la misma obra, la sobrepasan por todos lados.
Ya que de esta película, esa es la cosa, el meollo, se podría decir sin exagerar (casi nada) que es un único plano secuencia (con descansos, para algo inútilmente disimular) estirado durante tres horas sobre un trozo de carne (el hombre, no más) pudriéndose, mientras "llueve mansamente y sin (casi) parar, llueve sin ganas y con infinita paciencia".
O dicho de otra manera: en cuanto a densidad informativa no llega ni al minuto, ahí cabe todo lo que cuenta, explica o muestra esta... Pero claro, sí que se extiende, como marea viscosa, plaga de gusanos o sudario interminable mientras van cayendo, a dolor, los 177 minutos (10.620 segundos como mosquitos enfermos), tortuosamente, groseramente. "Y eso duele" (lo dicen varias veces, y está claro que no estaban pensando precisamente en la Bombi, o quizás sí). Se hace tedioso, te sientes vapuleado, maltratado, como saco de patatas en el mercado negro. Pero, y eso también duele, aunque tampoco demasiado, ni siquiera te dejan el consuelo del escándalo y el grito en el cielo, ni alivios consabidos tan consoladores como el sexo chabacano o la cutre violencia, qué va, ni la alegría del extremo más morboso o el placer de la imaginación más lisérgica, no, nada, es una guarrada puritana, una porquería reprimida, un estercolero gélido y distanciado, un bello cuadro de inmundicias, una pocilga encapsulada, un todo machacona, obsesiva, repetitivamente tibio en su bajeza y putrefacción constantes, un chorreo desganado de miserias y menudencias fluviales, un fluir anodino de líquidos y heces, un inventario rutinario y alucinado de cagarros, meadas, mocos, gargajos, esputos, tripas, charcos, sudor, sangre...; una epopeya del asco, un cantar de gesta bizarro e intelectualizado en su deambular mecánico y ciego, como si alguien, seguramente un Dios imbécil, hubiese apretado un botón en algún lugar muy lejano y sórdido y ya nadie fuera capaz de detener ese juguete averiado, esa inercia ensimismada y muerta.
Todo de cerca pero como de través, desconectado, desangelado, sin relación con nada, sin razón ni motivo, sin causa ni fin, solo porque sí. No hay más que mugre y fealdad, una prolija y prosaica basura, una infinita suma de inmundicias, un cenagal sin vida. Ni personajes, trama, diálogos...
La cámara en continuo movimiento, planos apretujados, llenos de gente (en el infierno la soledad nunca es una opción) que pasaba por allí (miran a cámara sin pudor ninguno), tullidos, desgraciados, desdentados, tumefactos, carcomidos y delirios. Una corte de los milagros futurista y apocalíptica; Mad Max después de haber caído en un pantano lleno de vómitos y tras haber sido secuestrado por marcianos rusos que le violaron, robaron y, ya de paso, arrancaron el corazón con un ojo bizco y homicida, tuertos de ira.
"Masacre: ven y mira" en su versión más anoréxica y reconcentrada, más fea y grasienta, más extraña y posesa.
Pero quizás, a pesar de todo lo expuesto, se pueda apreciar la terquedad de este director y su indudable afán artístico, que puede llegar a recordar toda esa tradición pictórica tan fecunda y rica que nos habla del horror y la muerte; un cuadro en movimiento. O la confirmación, la letanía, de que no somos más que barro animado; una elegía de nuestra entraña desdichada, un retrato minucioso de nuestra esencial descomposición en movimiento... Vale, pero...
Casi más interesante que la propia película fue contemplar el espectáculo en la sala, el efecto devastador de esta vasta obra, como virus africano y rabioso. Estaba casi llena (¿No hemos vuelto locos todos de repente? Una peli rusa de tres horas en blanco y negro y subtitulada. ¿Se dejaron llevar por dos palabras tan peligrosas como son Ciencia Ficción? ¿O por otras dos casi más engañosas todavía: Edad Media? ¿Creyeron que era Juego de Tronos y se dieron de bruces con la realidad de Juego de, ateniéndonos a su acepción escatológica y sin renunciar por ello a la idea central de la película rusa, Letrinas -en realidad se parecen mucho, es lo que quedaría de la serie tan famosa si le quitaras todo de golpe, como vaciar un cuerpo y dejarle solo las vísceras, corrompiéndose, siendo devoradas por batallones ciegos de larvas hambrientas y aburridas? ¿Eran todos rusos y anhelaban su patria chica, su lengua materna?) y no pude evitar hacer un repaso valorativo, la pregunta que surgía al correr de los fotogramas era simple y directa, cuál sería el número exacto de bajas y heridos de guerra, porque una cosa estaba clara, de este Vietnam cinéfilo no salíamos todos vivos, sanos y salvos, este Dios del cine tan cruel y absurdo reclamaba con furia desganada sacrificios humanos, y los iba a haber, vaya que sí.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Ferdydurke
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