La pomposidad del cine de Alan Parker expuesto en una historia cargada de humo y trampas. Su crítica se exhibe entre polémicas y justicias. La ambigüedad como hábitat y la intuición como juez.

Se debaten cuestiones éticas y se referencia filosóficamente sobre la suplantación divina. Se pretende evidenciar con caprichos que anulan. Juega con la credulidad y la simplifica sin motivo. La cinta muestra con intención y sin honestidad.

Podría interpretarse como llamada de atención al sistema penal o como reproche a la prejuiciosa labor de la prensa (intencionada o no), pero lo cierto es que un discurso entorpece al otro.