Derek Cianfrance dirige esta especie de drama social, de corte familiar, y que recordará en ciertos aspectos a películas como “Mystic River” u otras en las que las vidas de los protagonistas terminan chocando cual trenes de mercancías en direcciones opuestas.

El film cuenta con actores protagonistas de cierta relevancia en el panorama cinéfilo actual, ahí tenemos a la pareja de guaperas, Ryan Gosling y Bradley Cooper, y un nutrido reparto de secundarios entre los que se encuentran Eva Mendes (“A todo gas 2“), Ray Liotta (“Mátalos suavemente” o “Uno de los nuestros“), Ben Mendelsohn (“Mátalos suavemente” o “The Dark Knight Rises“), Rose Byrne (“Insidious“) o Bruce Greenwood (“Star Trek”)

La película arranca genial, gracias a la presentación de un Luke (Ryan Gosling) que es verle y se nos vendrá a la mente la mítica “Drive“, y poco a poco va tomando forma y va cruzando las vidas de los protagonistas de una manera bastante trágica y, en determinado tramo de la cinta, bastante rocambolesca.

Estructurada en tres actos claramente diferenciados, siendo el primero para el personaje de Luke (Ryan Gosling), el segundo enfocado en el policía interpretado por Bradley Cooper, y el tercero como una fusión de las vidas de los personajes antes mencionados y en el que disfrutaremos de las interpretaciones de los jóvenes Emory Cohen y Dane DeHaan.

Si bien los dos primeros tercios de la película rayan a un magnífico nivel y consiguen atrapar al espectador por el carisma de los dos actores cabezas de cartel, a nivel general no termina de ser un producto redondo en base a cierta languidez en su último tramo, alargado hasta la extenuación, y por ciertos hechos que resultan demasiado forzados o poco creíbles. Diría que a raíz de la ausencia del personaje interpretado por Gosling nos encontramos ante una cuesta abajo y ante la pequeña indefinición de una línea argumental que mezcla, de forma bastante abrupta, el drama familiar con el cine de mafias y corrupciones.

A nivel de actuaciones tenemos a un Ryan Gosling que cumple con nota y que es el pilar de la película, a una Eva Mendes con poca presencia y muy desaprovechada, a un Bradley Cooper que va de más a menos, esos Ray Liotta y Ben Mendelshon que vuelven a dibujar unos secundarios muy parecidos a los de aquella “Mátalos suavemente“, y al joven Dane DeHaan, que es de lo mejor de la película, que parece una mezcla entre Edward Furlong y Leonardo Dicaprio, y al que veremos en la segunda parte de “Amazing Spiderman“.

En el aspecto técnico podría destacar la escena de la persecución en moto, que me encantó por su realismo, varias tomas de cámara de bella factura (ese comienzo con la espalda de Gosling) y una fotografía que parece ir cambiando de tonalidad en función del acto en el que nos encontremos.

En resumen podría decir que es un film que tiene muy buenos mimbres en base a su fantástico elenco de actores, que arranca muy bien y que mantiene un buen ritmo hasta los tres cuartos de película, pero que pierde todo su fuelle en el tramo final.

Lo mejor: El buen arranque, el gran elenco de secundarios y las actuaciones de Gosling y Dane DeHann.

Lo peor: Que se desinfle en su tramo final en base a un argumento demasiado enrevesado y al exceso de metraje.